Ese debería ser el punto de partida para pensar en el país que queremos, que requiere dejar de enfrentarnos, entregar la posta a los profesionales jóvenes que tienen el deber de dirigir el país a otro destino. A la generación de salida nos tocaron los golpes militares, la reforma agraria, el terrorismo, malos agentes del Estado que violaron derechos humanos, buenos agentes que dieron su vida y a quienes abandonamos, quiebre del sistema político, la pandemia...