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La permanencia del ministro Pedraza
Nadie puede dudar de la honestidad, sana intención, compromiso social, dedicación, apertura –aunque últimamente se ha visto mermada su tolerancia para recibir críticas y para tratar con personas que no piensan como él– y la caballerosidad del ministro Wilfredo Pedraza.
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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com
Pero, siendo estas cualidades muy importantes en el trabajo y la vida de un hombre, ¿son suficientes para hacer una buena gestión al frente de uno de los ministerios más complicados y difíciles?
El ministro Pedraza ha sido un buen funcionario público que ha trabajado en la defensa de los DD.HH. y del manejo de los establecimientos penales; desempeñándose sin haberse visto envuelto en escándalos o problema alguno.
Pero ahora enfrenta un reto que le va a exigir algo más que honradez y buenas maneras.
Es imposible que un ministro, sobre todo en el despacho del Interior, pueda hacer una buena gestión sino convoca e integra a su entorno a gente capaz y profesional que, además, pueda ser de su absoluta confianza.
Pero así como debe integrar, también debe licenciar y despedir a quienes han hecho hasta la fecha una labor mediocre y sumamente cuestionable, aunque desde "arriba" se les trate de "atornillar".
¿Por qué sigue trabajando con la gente que llevó al fracaso a otros tres ministros?
El ministro Pedraza debe luchar y exigir al MEF los recursos para ejecutar verdaderas reformas, y no solo un "maquillaje".
¿Por qué los policías siguen custodiando restaurantes, casinos, obras en construcción, almacenes privados?
Si el ministro no es capaz de exigir los recursos suficientes para solucionar este problema y rescatar la dignidad y la dedicación de los policías, entonces su gestión habrá fracasado.
El ministro Pedraza debe dirigir y liderar su ministerio, y no dejar que en otros despachos se tomen las principales decisiones sobre su sector. Claro, esto si quiere permanecer en el cargo.
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