Tal y como se ha difundido, ‘Jhon Pulpo’, el cabecilla fundador de la banda criminal Los Pulpos, que aterroriza desde hace varios años la región La Libertad y que –según se ha sabido– opera también en Chile, se encuentra otra vez suelto en las calles.
El hombre no ha tardado demasiado en anunciar en un programa de televisión que incluso se apresta ya a instalarse nuevamente en Trujillo, donde dejó una estela de sangre y violencia a través de sus horrendos crímenes.
Sus operaciones delictivas eran de tal envergadura que ni siquiera su encarcelamiento –primero estuvo confinado en la prisión de El Milagro, en la capital liberteña, desde donde siguió dirigiendo a sus secuaces, por lo que fue trasladado luego al penal de Piedras Gordas y finalmente en Challapalca, en calidad de reo de alta peligrosidad– detuvo las actividades de su banda, una organización armada hasta los dientes. Sus áreas favoritas de negocios, la extorsión y la minería ilegal.
John Smith Cruz Arce debía salir libre recién en 2031, pero las autoridades penitenciarias y judiciales, muy voluntariosas y rápidas en estos casos, le abrieron las puertas seis años antes, al hacer un cómputo favorable de días trabajados por días de carcelería. El registro oficial de esos supuestos “días trabajados” sigue perdido en una nebulosa burocrática de la que hasta ahora nadie da cuenta, pero de la que todos sospechan. No sería la primera vez que este caso de años de carcelería redimidos inciertamente se explique solo en una cadena de coimas y leguleyadas.
Y es que además del delito de homicidio que lo llevó a una condena de 25 años de internamiento, el susodicho expresidiario arrastraba, al mismo tiempo, sendas investigaciones penales por un rosario de gravísimos delitos. Tanto así que el coronel PNP Víctor Revoredo lo ha puesto nuevamente en la mira y ha prometido que la Policía volverá a capturar a este peligroso pulpo, “cueste lo que cueste”.
Lo preocupante, sin embargo, es la lenidad que otra vez demuestra nuestro sistema de justicia, burlado por enésima vez. El INPE, la Corte de Tacna, el Ministerio Público se acusan mutuamente de ser responsables de la liberación adelantada de este peligroso hampón.
La imagen de este sujeto posando para los fotógrafos el mismo día que salió en libertad es la imagen misma del ridículo en que han quedado las instituciones llamadas a velar por la seguridad de la ciudadanía ante la ola criminal que está arrasando con el país.