PUNTO DE FUGA

La lista de prófugos de la justicia vinculados al gobierno por escándalos de corrupción sigue creciendo: Bruno Pacheco, el sobrino Fray Vásquez Castillo y ahora el amigo y exministro Juan Silva.

Editorial Perú21

Fecha Actualización

08/06/2022 - 11:57

El Poder Judicial dictó una medida de detención preliminar por 15 días contra el exministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas, amigo del presidente Pedro Castillo. Silva fue implicado, con cargos muy serios, por el empresario Zamir Villaverde, como antes había ocurrido también con el testimonio de la lobista Karelim López. Pero ya no se trata solamente de “dichos”,como repetían los abogados del oficialismo, esta vez las evidencias le han dado mayor peso a las acusaciones.

Un colaborador eficaz ha confirmado la autenticidad de un audio en el que participan Silva y Villaverde, y en el cual -según la transcripción se habla de la entrega de 100 mil soles para el exfuncionario a cambio del otorgamiento, presuntamente fraudulento, de obras públicas.

Y según publicó ayer Perú21, el gansteril diálogo comprendió asimismo temas adicionales sobre los que se desprende que habría otra tajada por concepto de arreglo de una conciliación con un consorcio para construir unos puentes en Puno y que de momento se encuentra en proceso de arbitraje.

De esta manera, la lista de prófugos de la justicia vinculados al gobierno por escándalos de corrupción sigue creciendo: Bruno Pacheco, el sobrino Fray Vásquez Castillo y ahora el amigo y exministro Juan Silva. Todos ellos, no habidos y envueltos en actos ilícitos sobre los cuales se resisten a responder.

Todo lo cual, como hemos dicho anteriormente, abona la validación de confesiones de parte, pruebas, documentos y otros indicios aportados por los testigos, o aquellos descubiertos por la Fiscalía o el periodismo independiente, que van corroborándose uno a uno. De otra manera no se entendería que el Poder Judicial haya dictado órdenes de detención y que los sospechosos -en conducta que empeora su condición legal, si es que no los condena de antemano- se dieran a la fuga de inmediato.

Estamos pues ante una situación gravísima para nuestra democracia y que compromete nada menos que al presidente de la República, que insólitamente, al cierre de estas líneas, continúa sin dar ninguna declaración pública sobre los contenciosos que lo involucraría. Es hora de dar un paso al frente -o al costado-señor Castillo.

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