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[OPINIÓN] Richard Arce: “¡Estamos tocando fondo!”
“El general Raúl Alfaro debe entender que lo dejaron solo sus compinches”.
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La corrupción en nuestro país es un mal endémico, porque está en todos lados y lamentablemente afecta a todo el Estado. Pero, aun así, resulta inverosímil que, para el día de ayer, la Fiscalía, con una orden judicial y la participación activa de la Diviac, haya intervenido y allanado la vivienda y oficina del comandante general de la Policía Nacional del Perú, Raúl Alfaro.
Dos hipótesis de esta grave situación que involucra a la máxima autoridad policial en funciones; una, que realmente hemos tocado fondo, porque si el jefe policial que vela por la seguridad interna y lucha contra la delincuencia ahora está inmerso en ilícitos penales, que hasta lo consideren como parte de una organización criminal, es que estamos en una indefensión total.
Dos, a pesar de todos estos despropósitos e infiltraciones de las mafias en los más altos niveles del Estado, quiere decir que la justicia está funcionando y nos envía un mensaje potente a todos; que la justicia no se casa con nadie y no va a dudar en que les caiga todo el peso de la ley.
El caso del comandante general de la PNP es singular, porque recordemos que fue parte del ruleteo de ascensos y, sobre todo, del juego perverso que hizo Castillo para designar a los altos mandos de la PNP, con un evidente direccionamiento y manoseo de los ascensos, con el objetivo de copamiento del alto mando policial.
Hay que entender que siguen por cuerdas separadas las investigaciones fiscales por los ascensos policiales truchos, que ya tienen el proceso avanzando y comprometen seriamente al expresidente Castillo. Pero este es otro caso, es de espionaje y copamiento de la PNP por intereses sibilinos.
La justicia tiene ahora mayores medios probatorios y hasta el testimonio y pruebas de un oficial infiltrado en la red mafiosa que quiso implementar Castillo, con lo cual se tiene el caso avanzado.
A estas alturas ya debieron de haber destituido al comandante general. Es inviable su continuidad y pone en riesgo la institucionalidad de la PNP. Solo le queda responder a la justicia. Alfaro debe entender que lo dejaron solo sus compinches.
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