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Reforma de la regionalización
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Columnista invitado:
Rafael Letts
“La descentralización tiene como finalidad el desarrollo integral, armónico y sostenible del país, mediante la separación de competencias y funciones, y el equilibrado ejercicio del poder por los tres niveles de gobierno, en beneficio de la población”, dice la ley.
Sin embargo, los gobiernos regionales, en la mayoría de los casos, tienen un aparato burocrático más débil que el del Gobierno Central, brindan servicios de menor calidad y tienen una menor ejecución de su presupuesto.
Pretender que la regionalización haría al Estado más eficiente y resolvería los problemas de desarrollo económico y social en las regiones fue un deseo bien intencionado pero que en la práctica no se cumplió.
El proceso de regionalización fue exitoso como generador de liderazgos democráticos y es indetenible, pero, sin duda, requiere ser corregido, para lo cual es necesario entender su situación actual.
Formalmente se han transferido a las regiones todos los sectores que corresponden. Sin embargo, la responsabilidad es aún compartida entre la región y el ministerio correspondiente.
El presupuesto de las regiones está compuesto principalmente por remuneraciones a maestros, doctores, enfermeras, entre otros. Respecto a las obras de infraestructura, la región es responsable de la licitación y ejecución, pero aún depende del Ministerio de Economía para la aprobación final y completar el presupuesto.
Los funcionarios de los gobiernos regionales reciben alrededor de un tercio de las remuneraciones en comparación con similares funcionarios del Gobierno Central.
Propongo las siguientes reformas.
Propongo el retorno de todas las responsabilidades sectoriales al Gobierno Central. Tener un doble liderazgo (central y regional) en la ejecución de las políticas sectoriales es una receta para el desorden y la ineficiencia.
Propongo que el gobierno regional tenga la responsabilidad de supervisar la provisión de servicios por parte del Gobierno Central en la búsqueda de una mejora continua de la calidad de estos.
Propongo que el gobierno regional se enfoque en el desarrollo de infraestructura, coordinando con el Gobierno Central la priorización, presupuesto y aspectos técnicos.
Propongo que el personal del gobierno regional tenga el mismo nivel de remuneraciones que similares funcionarios del Gobierno Central y que pase por el filtro de Servir. Para contar con profesionales calificados se necesita pagar buenas remuneraciones.
Finalmente, propongo que el plazo del mandato de los gobernadores regionales sea de cinco años y coincida con el plazo del presidente de la República. Esto permitirá que los partidos representativos en la elección nacional tengan mayor presencia regional y que la coordinación entre región y Gobierno Central esté mejor sincronizada.
Creo que estos cambios permitirán que mejore la provisión de servicios públicos en las regiones al ser administradas por un liderazgo centralizado y objetivos unificados. Por otro lado, los gobiernos regionales podrán concentrarse en el desarrollo de su infraestructura y en fiscalizar la adecuada provisión de servicios en su región.
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