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Salud en el primer nivel de atención, una deuda con intereses

La ineficiencia deriva en sobrecarga hospitalaria. En 2023, 18 hospitales de Lima registraron una ocupación de camas del 90%, generando demoras, hacinamiento y mayor riesgo de infecciones.

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primer nivel de salud
Columna por Rodrigo Cueva
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El primer nivel de atención en salud constituye la puerta de entrada al sistema, pues brinda servicios básicos de promoción, prevención y atención ambulatoria, o deriva a los pacientes a centros de mayor complejidad. Su rol interdisciplinario lo convierte en un espacio clave para garantizar calidad, pero también revela las grandes brechas que persisten en el país.

Un indicador relevante para caracterizar la situación de un país es la densidad de médicos por habitante. La OMS recomienda un mínimo de 23 por cada 10,000 personas; sin embargo, en el Perú el número ha sido históricamente bajo: pasó de 11.4 en 1999 a 16.9 en 2023. La OECD también reporta cifras inferiores al promedio internacional: mientras los países de altos ingresos registran entre 35 y 38 médicos por 10,000 habitantes, el Perú se mantiene en torno a 16–17.

La disparidad regional es evidente. En 2021, Lima, Callao, Arequipa y Moquegua superaban los 21 médicos por 10,000 habitantes, mientras que Piura, Cajamarca, Loreto o Puno apenas alcanzaban la mitad. A ello se suma que menos del 10% de profesionales se ubican en zonas rurales, donde el acceso a servicios básicos y vías de comunicación es limitado. Esta inequidad se refleja en que solo el 30% de pacientes ingresa al sistema por el primer nivel, cuando este debería resolver hasta el 90% de las atenciones.

La ineficiencia deriva en sobrecarga hospitalaria. En 2023, 18 hospitales de Lima registraron una ocupación de camas del 90%, generando demoras, hacinamiento y mayor riesgo de infecciones.

El Serums surgió como estrategia para llevar profesionales a zonas vulnerables y, para los médicos recién egresados, representa un requisito para el residentado o para laborar en el Estado. Sin embargo, los incentivos económicos no bastan para compensar las dificultades. El promedio de dos fallecimientos anuales de médicos serumistas, asociados a deficiencias en transporte o hechos de violencia, refleja los riesgos. Sin un trabajo conjunto con autoridades locales y sin condiciones mínimas de desarrollo, resulta insostenible pretender una atención de calidad basada solo en el sacrificio individual.

Fortalecer el primer nivel de atención, por tanto, es una deuda acumulada que exige acciones integrales: desarrollo de comunidades rurales, distribución equitativa de profesionales y formación académica rigurosa. La mejora del sistema de salud no depende solo de aumentar cifras, sino de garantizar calidad, accesibilidad y sostenibilidad, y de consolidar un primer nivel de atención capaz de responder a las verdaderas necesidades de la población. 

 

***Rodrigo Cueva es docente de la facultad de Medicina de la Universidad de Piura (UDEP)