Si los rinocerontes negros en Sudáfrica lograron atraer 150 millones de dólares en capital privado, ¿por qué no podemos hacer algo similar para cerrar nuestras propias brechas? El mecanismo finanzas combinadas, o blended finance, permite atraer inversión privada hacia proyectos de alto impacto social y ambiental, al combinar fondos públicos o filantrópicos con capital privado.
El Rhino Bond, lanzado en 2022 por el Banco Mundial, es un ejemplo claro. Fue diseñado específicamente para proteger a los rinocerontes negros, una especie en peligro de extinción que ha logrado captar la atención de inversionistas a través de un esquema de financiamiento basado en resultados. Los inversionistas ponen dinero, y si la población de rinocerontes crece en las áreas protegidas, reciben un retorno financiero. Es un modelo que alinea el éxito ambiental con el interés financiero, al asegurar que todos los actores estén comprometidos con el mismo objetivo.
Lo innovador de este tipo de bono es que no depende únicamente de donaciones o asistencia internacional que, como sabemos, suelen ser insuficientes para cubrir nuestras necesidades. Aquí, el riesgo se comparte, y el capital privado se convierte en un aliado tangible de la sostenibilidad. Además, las finanzas combinadas crean un ecosistema en el que el capital privado puede financiar proyectos con resultados medibles y reales, alineados con políticas públicas e internacionales.
Nuestro país enfrenta necesidades urgentes, desde mejorar el acceso a agua potable y servicios de salud, hasta crear empleos sostenibles. Un modelo de finanzas combinadas podría permitir financiar programas de tratamiento de agua, servicios básicos en salud y hasta recolección de residuos en zonas que lo necesitan con urgencia. Con garantías y retornos basados en resultados concretos, podríamos atraer a inversionistas que deseen colaborar en estos proyectos y lograr que las inversiones de impacto se conviertan en soluciones reales para los problemas estructurales del país.
Para lograrlo, el Estado, el sector privado, el tercer sector y organizaciones internacionales deben colaborar para diseñar instrumentos de financiamiento específicos que ofrezcan retornos atractivos a los inversionistas. Con modelos de finanzas combinadas bien estructurados, el Perú podría impulsar mejoras en áreas críticas para la población y ofrecer oportunidades que impacten directamente la vida cotidiana.
Las finanzas combinadas son una herramienta poderosa para transformar el modelo de inversión en el Perú y convertir nuestras brechas sociales y ambientales en oportunidades de desarrollo.