El fujimorismo se estanca. Un 40% cree que el Congreso obstruye al gobierno y un 49% que cumple con su papel fiscalizador. En el primer grupo, para variar, predominan los antifujimoristas y en el segundo los fujimoristas y sus simpatizantes. En vez de ampliar su llegada, le están facilitando el camino al próximo outsider. El fujimorismo, pues, está usando su poder actual como un boomerang. Martín Tanaka sugiere que actúan estúpidamente: “El estúpido es más peligroso que el malvado, en tanto suele causar considerable daño sin obtener beneficios, o peor aún, incluso perjudicándose a sí mismo”. No agrego más.