El primero entre las minorías es Acción Popular. Un partido gerontocrático que presenta una lista de desconocidos y carente de propuesta relevante. Le sigue el Partido Morado, nuevo entre los nuevos, que viene recogiendo los frutos de un trabajo de promoción nacional y que ha reforzado su posicionamiento gracias al rechazo de anticaviares y antifujimoristas. La tercera minoría es la fujimorista, una organización venida a menos, que vive a la sombra de un caudillo y una lideresa que hicieron lo necesario para perder el aura popular que alguna vez lucieron. Y luego siguen los demás, minúsculos entre minúsculos. Cabe destacar el ocaso del aprismo, la bochornosa despintada de Solidaridad Nacional y la vuelta a la realidad de las izquierdas, atomizadas en sus capillas, intensas en su autosuficiencia y sectarismo.