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El tema de hoy: El taxi chino de Kenji
“Al menor del clan Fujimori lo bajaron del ‘mototaxi’ naranja, aunque valgan verdades nunca lo dejaron subirse a él”.
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La expulsión, esta semana, de Kenji Fujimori de Fuerza Popular, el partido que él ayudó a constituir –con el recojo de más de 800 mil firmas, como ha pregonado incansablemente en las últimas semanas–, delinea un nuevo escenario político electoral.
Al menor del clan Fujimori lo bajaron del ‘mototaxi’ naranja, aunque valgan verdades nunca lo dejaron subirse a él, e inmediatamente –junto con sus caricaturizados ‘Avengers’– decidió auparse al ‘taxi chino’ con una ambiciosa y añeja aventura política que apunta a su postulación a la Presidencia en las elecciones generales de 2021.
Lo escribió en abril de 2016: “La decisión es mía: solo en el supuesto negado de que Keiko no gane la Presidencia (en los comicios de 2016), yo postularé en 2021”. Y aunque luego ha negado ser el autor de esa frase, sus ahora fieles acólitos, como Maritza García y Bienvenido Ramírez, no ocultan su entusiasmo ante esta posibilidad.
Este último, incluso, ha señalado que las 733 mil 716 firmas que requerirían para la inscripción de un nuevo partido político no serían obstáculo para su inclusión en la contienda de 2021. “Con fujimoristas en todo el país, es fácil juntar firmas para postular”, ha dicho Ramírez.
El problema es que si así de fácil fuera, Verónika Mendoza y Julio Guzmán, otrora candidatos presidenciales, ya hubieran inscrito a Nuevo Perú y al Partido Morado.
Y es que, además de las adherencias de rigor, Kenji Fujimori requeriría toda una estructura que le permita acreditar no menos de 65 comités repartidos en 16 departamentos; es decir, tener presencia efectiva en las dos terceras partes del territorio nacional, que en modo alguno se asemejan al mitológico mundo de Asgard.
Eso, además de necesitar el respaldo de una propuesta programática que muchos suponen se alinearía al pensamiento pragmático que su padre aplicó en los 90, pero del que nada se sabe a ciencia cierta.
Cierto es que el caudal electoral del fujimorismo registró 8 millones 549 mil 205 votos en la segunda ronda electoral de 2016. La pregunta es cuántos de esos electores optarían por el legislador si este decide emprender la titánica tarea de sumarse a la lista de emprendedores que sueñan con el partido propio y disputar la primera magistratura con su hermana mayor. Corren las apuestas…
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