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Un PASO atrás
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La Comisión de Constitución del Congreso aprobó el dictamen que elimina las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), un bochornoso retroceso que va a contramarcha de la reforma sobre retorno de la bicameralidad en nuestro sistema político que –pese a sus bemoles y taimado contrabando reeleccionista– no deja de ser una decisión importante para el país.
En la actualidad, la ley establece como única modalidad de las elecciones primarias su realización “de manera simultánea mediante voto universal, libre, obligatorio, igual, directo y secreto de todos los ciudadanos, estén o no afiliados a una organización política”.
La propuesta aprobada, sin embargo, introduce una modificación sustancial, habilitando hasta tres “modalidades” para que estos comicios preliminares se lleven a cabo: la primera con el voto de todos los ciudadanos inscritos, afiliados o no al partido; la segunda, con el voto de los afiliados al partido; y, la tercera, a través de delegados.
Lo ha explicado claramente a Perú21 Fernando Tuesta, experto en el tema: “En provincia supuestamente se eligen delegados y aquí en Lima esos delegados eligen a los candidatos. Esto no es otra cosa que regresar al modelo anterior, en donde los jerarcas dueños del partido concentran las decisiones. Con esto se quiebran las primarias, y lo que vamos a tener es la farsa de siempre”.
La propia organización Transparencia rechazó el dictamen, pues significa “una marcha atrás en las reformas políticas (que) debilitará seriamente los beneficios que podían traer al país la bicameralidad y la reelección congresal, y aumentará la desconfianza en el Congreso”.
En la misma línea, Capitalismo Consciente Perú emitió un pronunciamiento titulado “Gravísima Contrarreforma Electoral”, en el que califica al dictamen aprobado como un despropósito que “constituye el peor retroceso en la reforma política, dañando gravemente nuestro sistema democrático”.
Esta contrarreforma aprobada por el Parlamento, uno de los más nocivos y tóxicos de las últimas décadas, que seguramente será ratificada en el Pleno, se suma al daño que las partidocracias vigentes ya le han hecho al sistema político peruano. Probablemente, las primarias con participación ciudadana universal no iba a ser la solución mágica inmediata para evitar la mediocridad e inopia moral de la mayoría de los actuales inquilinos de las distintas bancadas, pero al menos ofrecía una pequeña luz de esperanza y evitaban la abundancia de candidaturas presidenciales, algunas de las cuales no representan a nadie y solo sirven como vientres de alquiler.
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