Tenemos que unir esfuerzos para hacer frente al poder de turno, aquí ya está en juego el país y la dignidad de la patria; estamos siendo gobernados por autoridades impresentables, que evidentemente tienen más intereses delincuenciales que siquiera cumplir con lo mínimamente responsable: mantener el piloto automático para que el país marche.
Por eso son trascendentales los pronunciamientos que están haciendo diferentes fiscales y jueces del país, invocando al control difuso, para objetar la aplicación de la infame Ley 32108, sustentando su posición con argumentos jurídicos y sustentos fácticos. Así lo ha expresado en una resolución judicial el juez Richard Concepción Carhuancho, quién expresa con meridiana claridad que la dichosa ley fue promovida por un investigado y procesado como presunto miembro de una organización criminal, haciendo referencia al accionar lumpenesco de Waldemar Cerrón, el inefable hermano del delincuente prófugo; quien aprovechando de su cargo en la Mesa Directiva del Congreso ha promovido y logrado que se apruebe semejante atentado jurídico.
Sumemos la posición clara que está teniendo el sector empresarial, desde la Confiep hasta los pequeños empresarios que se han pronunciado, y que incluso han salido a manifestar su rechazo contra el Congreso y el Gobierno. Hemos entrado a una etapa de no retorno para el futuro del régimen, porque se vienen organizando diferentes sectores sociales del país para sumarse al paro nacional, con actividades concretas y manifestaciones como la del Sutep, que paralizó desde el día de ayer en varias regiones; ayer también salieron los pequeños empresarios de Mesa Redonda.
Nos están matando y frente a esto la indolencia del Gobierno es mantener al incapaz del ministro Santiváñez, que va de tumbo en tumbo, haciendo papelones con su actuar sinuoso e incompetente al mando del ministerio del Interior. Este, en su afán de buscar el rédito barato, pretendió armar un psicosocial con la supuesta captura de uno de los Quispe Palomino, cuando en realidad ha sido una farsa y se trata de un personaje sin mayor trascendencia, que ya purgo cárcel hasta 2005 y hoy se gana la vida como albañil. Es más, luego se informó que el detenido sería un homónimo. Toda una fanfarria el show armado por este ministro.