Vanessa Ratto
Retener y atraer talento es uno de los grandes retos para las empresas hoy en día. El entorno laboral ha cambiado drásticamente tras la pandemia y por la inestabilidad política de los últimos años —que ha llevado a muchos jóvenes a emigrar— y lo que hoy esperan las personas de su puesto de trabajo es muy distinto que en el pasado: buscan desarrollo profesional, flexibilidad, propósito, tecnología, y hoy pocos piensan en pasar toda su vida en una sola compañía. Las organizaciones tienen la obligación de adaptarse a estas nuevas demandas.
Un elemento clave para retener talento es el desarrollo continuo y esto tiene que ver, en gran parte, con cuánto las empresas se interesan en proveer a sus equipos de nuevos aprendizajes y capacitaciones. Un estudio de Linkedin Learning, por ejemplo, mostró que una cultura de aprendizaje robusta puede mejorar las capacidades de retención de una empresa en 57%. Un hecho que se explica fácilmente con otro: 7 de cada 10 personas aseguran que aprender mejora considerablemente su conexión con la empresa.
Y mientras solo 37% de los millennials, la generación X y los baby boomers valoran los procesos de aprendizaje, la generación Z lo hace en 53%. Un dato que no podemos pasar por alto.
La flexibilidad laboral es otra prioridad. Hoy, por ejemplo, para muchos potenciales colaboradores el modelo híbrido se ha convertido en un factor clave a la hora de elegir dónde trabajar. Según data de un estudio regional de Ipsos, 43% de las personas que trabajan de manera híbrida consideran que el modelo de trabajo es muy relevante a la hora de buscar nuevas oportunidades. Una realidad que las empresas deben complementar con una infraestructura digital sólida que permita que los colaboradores cumplan con sus responsabilidades de manera cómoda y desde distintos lugares.
El propósito empresarial también es crucial. Cada vez más, los empleados quieren trabajar en empresas con valores sólidos y con un impacto positivo en la sociedad. Se busca, más que antes, un sentido de trascendencia y también de pertenencia con organizaciones que ofrezcan a sus miembros oportunidades de incidir en el bienestar de sus entornos. Por ejemplo, con ese objetivo en mente, el uso de tecnología para medir y reducir la huella de carbono puede ser un factor decisivo para atraer talento que prioriza la sostenibilidad.
Todo esto se suma a prácticas más tradicionales que también tienen efectos positivos, como celebrar y reconocer los logros de los colaboradores, y promover vínculos más horizontales entre los colaboradores y los líderes.
Antes, eran solo los que aspiraban a entrar una empresa los que tenían que atraer a su potencial empleador. Hoy, las empresas también tienen que preocuparse por ser atractivas para atraer y retener a los mejores.