La economía peruana se recupera lentamente, pero podríamos aprovechar mejor el contexto externo. Algunos hechos de relevancia histórica: i) términos de intercambio del comercio exterior en récord, incluso por encima de los alcanzados en el “boom” de 2012, lo que se refleja en el precio récord del oro y en una trayectoria alcista del precio del cobre, potenciada por las recientes medidas de estímulo de China; ii) menor costo de financiamiento internacional, con la Reserva Federal iniciando su ciclo de recortes de tasas de interés luego de 14 meses de mantenerla en el nivel más alto en 23 años, con un contundente primer recorte de 50pbs en septiembre y probabilidad de uno similar en noviembre; iii) sin presiones inflacionarias, con precios internacionales de granos y del petróleo hacia la baja, factor que, junto con el manejo de la política monetaria, ha permitido que el Perú sea una de las primeras economías en alcanzar el punto medio del rango de inflación (2%) y se consolida como la economía con mayor tiempo con inflación de un solo dígito en la región. Esto permite que el Perú pueda exhibir la tasa de referencia más baja de la región, lo que afianza el posicionamiento de la gestión del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
Con estos vientos a favor, el crecimiento económico esperado de 3% este año y el próximo, como apuntan las autoridades, es probable, aunque todavía insuficiente, si se considera que el potencial está alrededor de 3.5%.
La degradación en la calificación crediticia del Perú es aún un riesgo, aunque su probabilidad se ha reducido luego de que la clasificadora Moody’s mejoró la perspectiva de la deuda peruana de “negativo” a “estable” al señalar que las recientes reformas políticas, como la bicameralidad y la reelección, reducen la preocupación sobre la debilidad institucional y mueven al país hacia un entorno político más balanceado. Aún resta la opinión de la clasificadora Fitch, que desde octubre de 2022 mantiene al Perú con una perspectiva “negativa”. Standard & Poor’s redujo la calificación en abril de este año, a “BBB-” y asignó una perspectiva “estable”. Si bien será difícil alcanzar la meta fiscal por segundo año consecutivo y hay presión por gastos asociados a Petroperú, incluso a pesar de esta situación fiscal, el Perú luce el ancla de tener el menor ratio de deuda/PBI de la región.
De cara a 2025, los principales retos en el frente externo vienen por la esperada desaceleración de la economía de Estados Unidos, el impacto sobre la economía china de las próximas elecciones en EE.UU. y los riesgos geopolíticos, que continúan latentes, aunque con impacto acotado, al menos hasta ahora.