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Corazones parchados: ¿Se puede perdonar una infidelidad?
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Empezaré por una confesión. He sido infiel, y por eso no perdonaría jamás una infidelidad. Es una decisión egoísta y arbitraria, como es el amor, la pasión, el despecho y el duelo amoroso. Yo no soy como Claudia Díaz, pero tampoco la juzgaría, menos en público, ya suficiente con ser ‘noticia’ durante varios días por la infidelidad del arquero Pedro Gallese. Aunque hay infidelidades discretas (como las que yo perpetré) e infidelidades escandalosas, como la de este Pedro Gallese que fue captado por las cámaras saliendo de un hotel con una mujer que no era su esposa. Fue tan estridente el asunto, que hasta sus ruegos (“voy a hacer lo posible para recuperarla”), el mariachi y la cara de bobo arrepentido circularon en redes sociales, y desataron el debate nacional.
Claudia Díaz escribió en Instagram –donde el 90% de personas hiperconectadas celebra el amor, llora su separación, o aplica su despecho– que rompía con el padre de sus hijos. La reacción se hizo un meme. Claudia, dignidad. Carajo, había que ser como Claudia. Y mientras Gallese se esforzaba por recuperarla, ocurrió lo que nadie esperaba: Claudia perdonó. Y la crítica (injusta, por cierto) estalló. Hasta se dijo que un viajecito a Punta Cana había costado el perdón, pero ¿acaso se puede perdonar realmente, se puede pasar la página? No faltó la frase: los infieles no cambian, solo descansan.
Los expertos, es decir los psicólogos de pareja y otras voces, han opinado. Aunque cada pareja es un mundo, vamos a hacer este ejercicio de aproximación.
PERDÓN Y OLVIDO
Para la psicóloga Janett Cuyutupa, todo depende de la pareja y de cómo ocurrió la infidelidad. “Quizás se pueda perdonar, pero es muy difícil que se pueda olvidar”, puntualiza. Está convencida, de acuerdo a su experiencia como terapeuta de parejas, que es un proceso difícil de sobrellevar para construir nuevamente un futuro de a dos. Superar la infidelidad no es imposible, pero se requiere que ambos hablen de por qué sucedió, de la manera más sincera posible: “¿Qué pasaba al interior de la pareja para que uno u otro hayan buscado a una tercera persona? Que se analice no quiere decir que se pueda continuar. Muchas parejas rompen su vínculo porque no toleran esa falta grave, mientras que otras pueden ser un poco más abiertas y tomarlo como un estado de alerta, es decir, piensan bien en el por qué pasó, y toman un nuevo rumbo como pareja”.
Cuyutupa habla de la importancia del duelo, un proceso que debemos llevar, a pesar de que duela.
La terapeuta advierte que la infidelidad no es igual en parejas que recién empiezan o que llevan muchos años (de crisis, problemas, y más: “Sin embargo, ambos deben determinar si todavía pueden trabajar en la atracción, el cariño, y el amor en la pareja (si queda). Si alguna de estas cosas falla, quizá una separación es lo más adecuado para no estar viviendo con reproches, celos o recriminaciones”.
Yenny Lloret de Fernández, psicóloga y psicoterapeuta, opina que el perdón se puede dar en algunos casos, pero advierte que cada proceso es particular: “Para llegar a perdonar se ha tenido que pasar por un duelo, ya que la infidelidad causa un quiebre en la relación y este quiebre va acompañado de dolor, sufrimiento, desilusión, decepción. Tiene que pasar un tiempo prolongado, un tiempo adecuado. Además, cada persona es totalmente diferente en cómo procesa y ahí quizás se pueda dar el perdón. Muchas veces se perdona porque hay hijos e igual va a haber siempre cercanía. Allí se llega al perdón, pero no se logra una reconciliación real”.
Dice Lloret que no es recomendable retomar la relación cuando el perdón no se ha dado porque siempre se recordará y se harán daño (ambos). Por eso, recomienda llevar el duelo de la mano de un profesional.
Hoy es cada vez más fácil ser infiel (no culpen a las redes sociales, pero abren puertas), y al mismo tiempo es más sencillo quedar al descubierto. Así como la tentación está al alcance de la mano, las posibilidades de ser ampayado son más altas. (Benditas historias de Instagram).
La infidelidad es más frecuente de lo que pensamos. Es un asunto de hombres y mujeres, pero cuando el hombre pone el cuerno, para muchos es un rey, golazo. Cuando es una mujer, los agravios van de puta para arriba.
Lo cierto es que la infidelidad te deja roto. Es una traición, una deslealtad, y cuesta confiar.
Apurar una reconciliación o forzarla (por las razones que sean) es parchar el corazón, y un corazón parchado no late igual.
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Y este artículo tiene playlist gracias a Lucía Calderón:
ADVERTENCIA: Puedes soltar unas lágrimas, recordar al ex o a la ex que te puso el cuerno o hacerte sentir un poco de culpa.
“PERDONAR NO ES SEGUIR” (La opinión de la coach Mónica Castañeda, autora de “Mi mamá tiene la culpa”, editorial Planeta)
“Es importante tener en cuenta que perdonar no significa seguir con la relación pues esa es una decisión que tomamos independientemente del perdón. Perdón no es seguir relacionándonos como pareja, es aceptar que el otro busca fuera algo que solo puede encontrar dentro: el amor. Este proceso se puede llevar de dos maneras: consciente de la verdad lo que permite un proceso corto; o inconsciente de la verdad y basado en ilusiones, lo que puede tomar mucho tiempo y sufrimiento, ya que está condicionado a otra persona o creencias sociales. La verdad se acepta. Y la verdad es que no te traicionan, se traicionan a sí mismo/a".
CONSEJOS
1. No lo tomes como algo personal contra ti.
2. Poner el foco en lo que quiero para mí.
3. No poner a los hijos como justificación para hacer algo que no quiero.
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