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Conoce los impactos psicológicos del coronavirus en trabajadores y qué deben hacer las empresas para combatirlos [ENTREVISTA]
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El regreso a las oficinas y a la vida cotidiana no será tan fácil como se espera. En este corto tiempo se han desarrollado cambios de hábitos y nuevos procesos de aprendizaje, debido al coronavirus y el aislamiento social obligatorio, que han logrado generar estrés, inseguridad, incertidumbre y miedo. Nos enfrentaremos a una realidad en la cual tendremos que encarar a estos factores para sobrellevar la vida profesional y personal.
¿CUÁL ES EL IMPACTO PSICOLÓGICO EN LOS TRABAJADORES Y PERSONAS EN GENERAL?
Roxana Lingán, especialista en psicología empresarial y organizacional, nos responde a esa pregunta:
“Al cabo de tres semanas de encierro, el primer impacto es una elevada frustración muy manifiesta. Ellos ya no pueden seguir haciendo lo que acostumbraban y eso, más la variable del no saber qué sucederá en el futuro, genera un condicionamiento en las personas. Las primeras semanas existía angustia y ansiedad. Ahora, lo que se observa es frustración, una manifestación clara del aislamiento. Otro impacto que encontré es una intranquilidad permanente. Además, he podido identificar dos grandes tipos de colaboradores: un grupo por tipología de personalidad y energía, orientados al desafío del resultado. El otro, es un grupo de personalidad flemática”.
Los primeros, los enérgicos orientados al resultado, se subdividen, a su vez, en tres tipos: “Los que viven con energía y adrenalina, cuyo trabajo termina siendo aliciente o fuente de satisfacción permanente; los que trabajan por resultados, y quieren demostrar capacidades y aportan a sus compañías. Ellos no son capaces de manejar y canalizar bien su exceso de energía. Piensan y vociferan que si esto (cuarentena) no termina pronto, pueden comenzar a enfermarse, creen que nadie los reconoce”.
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La experta refiere que el otro grupo es el que de por sí ya era ansioso, pero no tan energético: “Trabajan con gusto, pero sin tanta pasión, posiblemente con problemas fuera del trabajo, poco satisfechos. Ellos, al estar dentro de casa, empiezan a tener sintomatología de ansiedad y estrés. He identificado que hay un sentido de autocompasión, pena, soledad. Creen que no hicieron lo que debían hacer antes que todo esto comience. Se inculpan de lo que no pudieron lograr. Pero también, este encierro lo convierten en el impulso para empezar a reflexionar, ver nuevas formas de observar las cosas, están más quietos energéticamente hablando, también en cuestiones de pensamientos. Ellos sí pueden estar más tranquilos y hasta pueden reflexionar durante cuarentena”.
La psicóloga organizacional identifica a los de personalidad tipo A: “Ellos están orientados a la vehemencia, al perfeccionismo, hacer más en el menor tiempo. Disfrutan poco del de ocio y la vida personal. Es la clásica tipología del ejecutivo, del empresario. Si antes del coronavirus ya vivían con estrés, ahora viven con elevada frustración por no tener libertad de movimiento y decisión. Eso impacta en su bienestar emocional. Tienen migrañas, estreñimiento, colon irritable, taquicardias, presión arterial inestable, aparición de alergias por estrés”.
Roxana Lingán dice que tienen que aprender a sobrellevar este nuevo entorno social, también llamado comunidad virtual laboral-personal, para no afectar los estados de ánimo.
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¿Y los de personalidad flemática?
Son aquellos que por biología y personalidad, no se ponen ansiosos, que conectan menos con el entorno social y tienen mucha quietud. Ellos viven más protegidos del estrés. No tienen el impulso ni el motor elevado de energía, ni la orientación a resultados. Baja interacción social por sus propias características.
¿QUÉ DEBE HACER UNA EMPRESA PARA MANTENER A SUS COLABORADORES TRANQUILOS A SU REGRESO A SUS LABORES?
“Lo primero, es que en cuarentena, las compañías deben tener presencia constante con sus colaboradores, no esperar a que uno recién regrese a sus labores. Debe haber una estrategia permanente de comunicación con ellos ya sea por recursos humanos, o sector de bienestar. Deben enviar mensajes a sus colaboradores para que sientan y vean qué piensan en ellos”, recomienda.
Pocas empresas lo hacen y por eso, sus colaboradores llegarán con cargas emocionales residuales, con temores, ansiedades, estrés. Por ejemplo: en el mundo corporativo, en cuarentena por presunción de virus, hay una encargada o equipo de psicólogos que llaman diariamente para saber cómo se encuentran, un acompañamiento a los posibles casos positivos.
“A su vez, tiene que haber una comunicación para reducir la angustia y ansiedad para que los colaboradores puedan regresar a salvo. Existe un reglamento de salud mental en los trabajos, las empresas deben de entrar a tallar para diseñar manuales de autocuidado post coronavirus. E incluso, dotarse mejor de los equipos de protección personal para asegurar el trabajo y ayude a la calma de sus colaboradores. Incluso, a largo plazo, agregar puntos clave en los cuidado post coronavirus en los procesos de inducción que cada empresa tiene al momento de contratar gente y hacer un reaprendizaje organizacional con sus actuales colaboradores para asegurar que los procesos continúen y funcionen de la mejor manera”, explica.
La salud, en general, está cada vez más revalorizada en niveles de importancia de las empresas y por ende debe ser más atendida. Es momento que las empresas empiecen a enfocar a desarrollar programas de estilos de vida consistentes y saludables en los trabajos
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