Diversas organizaciones sociales han iniciado un paro regional de 48 horas en Cusco, exigiendo la reactivación del Gasoducto Sur Peruano y un mayor acceso al gas para la región. La medida fue acordada el 28 de febrero en una reunión en Quillabamba, con la participación de dirigentes de distintas provincias, entre ellas la Federación Departamental de Trabajadores Cusco (FDTC). Los manifestantes demandan un compromiso concreto del gobierno para garantizar el acceso al gas natural en Cusco y el reinicio de las obras paralizadas desde 2017 por casos de corrupción.
Paro por segundo día consecutivo está afectando a más de 50 obras ejecutadas por administración directa del Gobierno Regional de Arequipa.
Desde la madrugada, piquetes del Comité Central de Lucha de La Convención han cerrado vías estratégicas en Quillabamba y Cusco. En la Ciudad Imperial, calles y accesos han sido bloqueados por manifestantes, afectando la movilidad y las actividades diarias. Aunque algunos gremios, como el sector transportes, no habían previsto sumarse a la protesta, terminaron suspendiendo sus actividades tras enfrentamientos con manifestantes.
El paro ha tenido un impacto significativo en la actividad comercial. En Quillabamba, bancos, mercados y negocios han cerrado, mientras que en Cusco se han reportado cancelaciones en hoteles y agencias de viaje. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a manifestantes atacando buses particulares y turísticos, obligando a pasajeros a descender y pinchando llantas, lo que ha generado críticas en la población.
TURISMO AFECTADO
Los manifestantes han bloqueado vías y pinchan llantas de vehículos para exigir apoyo al paro regional que ya inició con piquetes en distintos puntos de la ciudad del Cusco. En la Av. Pachacútec, bajaron llantas de vehículos que intentaban circular, generando caos y largas filas.
Como consecuencia, cientos de turitas no pueden ir ni salir del aeropuerto, por lo que la Gerencia Regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía (Gercetur), ha implementado el corredor turístico entre el aeropuerto Alejandro Velasco Astete, la Plaza de Armas, Ollantaytambo y Machu Picchu, a fin de garantizar la continuidad de las actividades turísticas y evitar interrupciones en el flujo de visitantes.
Las protestas han polarizado a la ciudadanía. Mientras algunos respaldan la medida al considerarla necesaria para evitar que el Gasoducto Costero, recientemente propuesto, desplace al Gasoducto Sur Peruano y lleve el gas de Camisea directamente a Arequipa, otros rechazan la paralización de actividades y la violencia contra el transporte. Comentarios en redes sociales evidencian este malestar: “Cusco está cansado de las huelgas que nunca nos han llevado a nada”, “Así quieren reactivar el turismo y la economía en Cusco, con más protestas”, expresaron algunos ciudadanos.
POSICIÓN DEL GORE
El Gobierno Regional del Cusco emitió un comunicado exigiendo al Gobierno Nacional priorizar el acceso al gas natural para las familias cusqueñas y garantizar la ejecución del Gasoducto Sur Peruano. Respaldan las protestas ciudadanas y rechazan cualquier postergación o exclusión en el proyecto.
El gobernador Werner Salcedo advirtió que no permitirá el avance del Gasoducto Costero si no se garantiza el derecho de Cusco al gas. Señalan que esta lucha es una deuda histórica con la región y no solo un tema de infraestructura.
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