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Día del Orgullo LGTBIQ: El primero de muchos pasos
Por primera vez se ha calculado aproximadamente cuántas personas se encuentran dentro del paraguas de la diversidad sexual. De acuerdo con la encuesta, serían 1,7 millones de peruanas y peruanos
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Por: Bruno Fernández de Córdova, abogado, miembro de Más Igualdad Perú
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos publicó ayer la II Encuesta Nacional de Derecho Humanos: población LGTBIQ, elaborada por Ipsos Perú. Lo primero que cabe destacar es la aproximación al número de personas que se identifican como población LGTBIQ. Por primera vez se ha calculado aproximadamente cuántas personas se encuentran dentro del paraguas de la diversidad sexual. De acuerdo con la encuesta, serían 1,7 millones de peruanas y peruanos que a la fecha ven privados sus derechos a la identidad, a vivir un entorno libre de violencia y a contraer matrimonio.
El número no hace más o menos grave la vulneración, así sea una sola la persona que sufra violaciones a sus derechos, esta situación sería insostenible. Sin embargo, esta cifra es sumamente importante para emprender políticas públicas. Ya señalaba la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el año pasado que. sin recopilar datos no es posible tomar decisiones ni visibilizar la situación en que viven las y los ciudadanos LGTBIQ, sin considerar que la sola recolección también es una forma de reconocimiento, de saber que existimos. Es por ello que resulta tan importante este esfuerzo del MINJUS por aproximarse a la realidad.
Esta recopilación de datos, sin embargo, es la primera de muchas otras que el Estado debe promover. No olvidemos que –como lo confirma la encuesta– la población LGTBIQ es una de las que más sufre discriminación. De hecho, según el documento publicado ayer, un 71% de peruanos señala que las personas LGTBIQ son bastante discriminadas, la cifra más alta frente a otros colectivos también discriminados, como mujeres, poblaciones indígenas, entre otros. Esta discriminación por identidad de género u orientación sexual tiene un fuerte impacto en la salud de las personas. De acuerdo con un estudio realizado por Más Igualdad Perú el año 2019, de un total de 323 personas LGTB, un 60% respondió tener síntomas de ansiedad, baja autoestima e inseguridad, mientras que un 58% afirmó tener síntomas depresivos. La discriminación contra LGTBIQ, además, no viene aislada, sino que se intersecta con otras características personales, como el color de piel, la discapacidad, el vivir con VIH, entra otras. Es por ello que el eje de la atención de la discriminación con una mirada interseccional es indispensable para una política pública de atención de las personas LGTBIQ.
La discriminación además debe ser sancionada, como ya lo establece el Decreto Legislativo 1323, pero sobre todo prevenida y es en ese eje donde el Estado peruano tiene una gran tarea por delante. La encuesta señala ya algunas líneas por dónde ir. De acuerdo con ella, un 46% de peruanos y peruanas considera que una persona trans vive confundida y un 36% que es peligroso dejar a un niño con una persona homosexual. Estas cifras deben ser revertidas en la siguiente encuesta y es tarea del Estado trabajar en políticas de prevención con enfoque de género para reducir los porcentajes de estereotipos negativos sobre la población LGTBIQ.
La prevención se vuelve indispensable cuando miramos las cifras sobre acceso al trabajo, que también revelan una cruda realidad respecto de la tasa de empleabilidad de personas trans. De acuerdo con la encuesta, de poder contratar trabajadores un 37% de peruanos no estaría dispuesto a emplear a una persona de esta población. No olvidemos que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo el trabajo es la actividad que provee medios de sustento necesarios para las personas. Dado que las personas trans no pueden acceder al empleo por esta situación de discriminación, están condenadas a un círculo de pobreza y marginalización. No hay una verdadera inclusión sin acceso al trabajo. Estas cifras deben ser el inicio para que el Estado promueva políticas de concientización y de acceso al empleo, privado y público, para las personas LGTBIQ, con especial foco en la población trans.
No quisiera dejar de hablar de la violencia, pese a que no son cifras que recoja la encuesta. Como sabemos, la discriminación también se traduce muchas veces en situaciones de violencia, sea física, psicológica o sexual. Es por ello que, en una sentencia de este año, a raíz de la detención, violación y tortura de una mujer trans, que identificaba como hombre gay al momento de los hechos, la Corte IDH ordenó al Estado peruano diseñar e implementar un sistema de recopilación de datos y cifras sobre dichos casos de violencia contra las personas LGTBIQ. El subregistro era una promesa de campaña que se encontraba en el plan de Gobierno de muchos partidos políticos en la campaña de 2016, incluyendo el de PpK. Sin embargo, a la fecha no es una realidad, pese a su inclusión en el Plan Nacional de Derechos Humanos.
Desde la sociedad civil nos queda vigilar atentamente que las cifras que presenta esta encuesta sean empleadas para el desarrollo de políticas con objetivos específicos y cuantificables. De modo que, en las siguientes ediciones, las cifras sobre discriminación y estereotipos disminuyan sustancialmente. Prevención, atención y sanción, son tres ejes fundamentales que el Estado debe desarrollar a raíz del estudio, con acciones concretas que permitan construir una sociedad más justa, donde todas y todos podamos vivir libres de violencia y discriminación, sin diferencias por nuestra identidad o afectos.
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