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Nallely Ruiz Seminario, voluntaria de la Fundación Romero: " Me gustaría trabajar por Piura, quiero lograr un cambio”
Nallely Ruiz Seminario, voluntaria de la Fundación Romero: " Me gustaría trabajar por Piura, quiero lograr un cambio”
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Fecha Actualización
Cuando se enteró acerca del voluntariado de la Fundación Romero para llevar ayuda a los damnificados que dejaron las lluvias en Piura, no dudó un segundo en armar un grupo robusto de jóvenes estudiantes para presentarse y llevar alimentos a más de 3,500 familias. “No es igual ver la situación en los medios de comunicación o en las redes sociales que estar ahí presente en el lugar, es impactante”. Nallely Ruiz tiene 22 años, hace dos semanas terminó la carrera de Economía en la Universidad de Piura y, después de haber visto la emergencia, se siente más segura que nunca de querer trabajar por su región. “Quiero cambiar la realidad en la que me encuentro”, comenta. Como buena piurana, afirma que no puede quedarse de brazos cruzados y que en este momento de dificultad siempre habrá un lado positivo de la historia: los jóvenes que quieren ayudar. “No es fácil ver a tu ciudad repetir la historia siempre, tiene que haber algo más”, afirma. Piura se ha convertido en una de las ciudades más golpeadas con el ciclón Yaku, el cual terminó por desnudar la falta de infraestructura y carencia de gestión, en una región que hoy aporta más del 7% del PBI.
¿Cómo llegas al voluntariado de la Fundación Romero?
Comencé a animar a mis compañeros a través de una convocatoria que realizó Caene (Centro de Altos Estudios de Negocios y Economía), armamos grupos para trabajar. Una vez en la Fundación Romero, nos explicaron cómo sería. Un grupo se encargaba de reunir los víveres y los entregaba a cada subgrupo para armar las canastas. Otro grupo se encargaba de subir las canastas a los camiones, y otro llevaba a una cantidad de jóvenes a las zonas afectadas. El día dos también fue igual.
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¿Qué te animó a hacer este voluntariado?
Lo hago porque sé de la situación en la que se encuentran las familias. Gracias a Dios mi familia no está afectada por las lluvias, pero hay que ser conscientes de la realidad, hay que ser empáticos. Lo más impactante fue cómo se informaba de los desaparecidos en Canchaque, Piura, gente que se dedica a la agricultura ha perdido sus cosechas. Si la Fundación Romero estaba brindando todos los insumos, si necesitaban voluntarios, ahí íbamos a estar.
¿Qué fue lo primero que viste al llegar al lugar de la emergencia?
Las casas estaban inundadas, las pocas cosas que tenía la gente las habían perdido y en medio de la lluvia tenían que correr para llenar sacos de arena. Las carreteras estaban destruidas y eso ha hecho que los alimentos no lleguen, esas personas tuvieron que estar varios días sin comer o subsistiendo en medio de la emergencia. Ha habido casos de personas que necesitaban llegar a un establecimiento de salud y no han podido. Todo eso nos muestra la realidad que existe y que sigue ocurriendo.
¿Qué sentimiento te generó?
Impotencia, es el sentimiento que embarga. Todos queríamos hacer algo más de lo que estábamos haciendo para mejorar la situación de esas familias. El segundo, una tristeza profunda.
¿Cuál fue la historia que más te impactó?
Sí, encontramos a una abuelita cuya hija estaba trabajando en otro lugar y ella se había quedado a cuidar a sus dos nietos cuando se inundó la casa. Su situación es bastante precaria y no contaba ni siquiera con alimentos para darles a sus nietos. Nos contó que ella vivía de las frutas que cosechaba en su chacra, pero, debido a las lluvias, se destruyó todo. Ella estaba muy agradecida por el apoyo. Se sentía olvidada porque vivía alejada de la ciudad. Para mí, esa historia fue la más conmovedora porque ella aún en la miseria trataba de que sus dos nietos estén bien.
¿Qué necesitan, además de alimentos?
Materiales para volver a construir. La mayoría de las viviendas son de material sencillo; tienen que forrarlos con plásticos para que no se vengan abajo. En Huancabamba y Canchaque están totalmente incomunicados. No había carretera; hemos tenido que llegar en helicóptero.
¿Cuántos días han estado realizando el voluntariado?
Desde el lunes hasta hoy (viernes) hemos ayudado aproximadamente a 3,500 familias, desde las 5 de la mañana hasta la tarde.
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Siempre se dice que en la dificultad hay una oportunidad. ¿Lo ves así?
Lo positivo de esto es que uno se da cuenta de que hay muchos jóvenes que no somos indiferentes. Estamos en cierta situación privilegiada y desde nuestra posición tratamos de hacer algo. Es importante la empatía para hacer que la situación también mejore. Hoy somos aproximadamente 100 jóvenes voluntarios. Creo que (como país) algo debemos de estar haciendo mal porque esto no sucede por primera vez, quizá no estamos eligiendo a los representantes de la mejor manera porque este es un problema recurrente. No hay un sistema adecuado que nos prepare para la emergencia.
¿Qué cambios son urgentes?
Escogí Economía porque siempre tuve la idea de interesarme por mi realidad. Por cuenta propia, desde que estaba en el colegio, siempre organicé la venta de sánguches con cafés a diversas zonas para brindar apoyo como una merienda, siempre estuve en voluntariados. Quiero cambiar la realidad en la que me encuentro, que la gente elija bien, que haya mejoras para todos, más oportunidades. Piura tiene un potencial enorme. Esta es una oportunidad de ver la terrible situación de la gente; creo que debería trabajar en el gobierno regional. A mí me gustaría trabajar para Piura para lograr un cambio. Así sea con poco, todo suma.
AUTOFICHA
- “Hola, soy Nallely Ruiz, tengo 22 años. Desde pequeña estuve siempre activa, haciendo labor social, voluntariados. Hoy es una realidad distinta, mucho más crítica. Miles de familias están incomunicadas, muchas han pasado hambre y ver eso te choca considerablemente”.
-“Creo que la indiferencia muchas veces es la que reina, pero para eso estamos los jóvenes, creo que hemos demostrado solidaridad y fortaleza para llevar ayuda. Yo les pediría que se sigan sumando como hasta hoy. También les diría que ayuden con lo que puedan”.
-“Mucha gente está esperando allá afuera alguna atención. Sinceramente, el panorama es desolador. Si pudieran ayudar con lo que fuese, esas familias que lo perdieron todo se lo agradecerán. No hay mayor satisfacción para uno que haber podido contribuir aunque sea con un grano de arena”.
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