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Revista Cosas inicia campaña en contra de la violencia sexual
Tras el terrible caso de violación en contra de una joven víctima de cinco presuntos agresores, los reclamos de miles de usuarios en redes sociales han explotado. La revista Cosas también ha alzado la voz con una campaña en contra de la violencia sexual.
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Tras el terrible caso de violación en contra de una joven, víctima de cinco presuntos agresores, los reclamos de miles de usuarios en redes sociales han explotado. La revista Cosas también ha alzado la voz con una campaña en contra de la violencia sexual.
“Voces de influyentes mujeres se unen a la campaña Soy una chica a la que le gusta la vida social. Cosas, cuya línea editorial siempre ha buscado la igualdad de géneros se compromete también en la difusión de este terrible suceso, buscando que todos los ciudadanos peruanos tomemos conciencia, y que se haga justicia, para que paren los cada vez más frecuentes casos de violación, una monstruosa práctica que parece haberse normalizado y ante la cual nos hemos vuelto insensibles”, enfatiza la revista.
La campaña es una respuesta ante los abusos sexuales en contra de las mujeres que muchas veces se intenta justificar con las excusas más indignantes. “Es miserable la respuesta de Paul Muñoz, el abogado de uno de los acusados, quien manifestó: ‘Hay que investigar, eso lo dirán las diligencia que se tengan que practicar, la señorita es una persona que le gustaba la vida social, no podría decir más’. Patética posición", critica Cosas.
Como parte de esta iniciativa, la revista entrevistó a Cecilia Valenzuela, directora de Perú21; María Murillo, abogada y profesora de Derechos Reales; y a Carolina Criado, abogada penalista.
“Todo lo que esto revela es que está en el fondo de nuestra piel, de nuestra corazón incluso, que la mujeres son una cosa que tiene que tener un comportamiento subordinado. Hasta hace poco el esposo que violaba a su mujer no era penado. Y la misma Iglesia obligaba a la mujer a ‘cumplir con sus deberes maritales’. Eso sigue en la genética y el ADN peruano. No estoy hablando solamente de los hombres, si no, y esto es lo más doloroso, de la mujeres, y esto no debería servir para solo para enojarnos, si no para que esto cambie”, sostuvo Valenzuela.
Por otro lado, la abogada Murillo observó: “Esos jóvenes serán castigados definitivamente luego de su juzgamiento. Sin embargo, vemos a la sociedad y a nuestras nuevas generaciones y hagamos esfuerzos para rescatar algunos valores que aún tienen que estar presentes. No es un tema de ser conservadores o de ser liberales, sino de ser seres humanos respetuosos unos de otros. Son los valores inherentes al ser humano”.
Sobre las excusas que algunas personas han lanzado sobre el delito perpetrado contra la joven en Surco, la penalista Criado reflexiona: “Lo que reflejan dichos comentarios es una sociedad machista, en la cual no hay respeto a la víctima y señalando “cualidades” de la denunciante buscan descalificarla y encontrar una justificación a un hecho deleznable. Es por ello, que muchas víctimas de delitos contra la libertad sexual no denuncian, toda vez que el proceso penal es sumamente tedioso, largo y traumático para la víctima. Hemos visto como muchas mujeres valientes que han decidido denunciar, pasan años luchando en los tribunales, por ello es importante recordar que una justicia que tarda no es justicia”.
Puede acceder al artículo completo de Cosas dando clic aquí.
Perú21 protesta ante el abuso
Este diario también se suma al reclamo colectivo por las declaraciones del abogado Paul Muñoz, quien argumentó que a la víctima de violación le “gusta la vida social” y eso es algo que debería tomar en cuenta el juez para valorar el delito cometido.
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“Han desgraciado la vida de mi hija”, dice lleno de dolor e impotencia el padre de la víctima de una presunta violación colectiva en Surco que ha conmocionado a todo el país por su crudeza. Los agresores no negaron que existió contacto sexual, pero arguyen que fue consensuado. Sin embargo, los resultados del médico legista los contradice al revelar signos de agresión sexual.
Ella no pudo defenderse porque estaba en estado de inconsciencia, incapaz de consentir, sus agresores no tuvieron ni un ápice de compasión al someterla. “Ah, pero es que a la señorita le gusta la vida social”, dice Paúl Muñoz, abogado de uno de los acusados. La repudiable frase no solo está cargada de machismo, sino también de una violencia normalizada, esa que responsabiliza a la víctima del daño que le han causado.
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