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Uziela Achayap, presidenta del Bosque de las Nuwas: “Sin el bosque no somos nada”
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“Yo quisiera que mis hijos y mis nietos, y que en general los peruanos valoren lo que nos da el bosque”, dice Uziela Achayap, una mujer sencilla y risueña de 30 años, trabajadora y aplicada que es desde hace tres meses y medio la presidenta del Bosque de las Nuwas. Pero su relación con este mágico espacio en Shampuyacu, Rioja, empezó cuando ingresó como nuwa nugkui (lideresa joven), y se siente feliz de haber “bebido tantas experiencias”.
Cuenta, camino al bosque, que la capacitaron a través de los ipaámamu (faenas comunales) del Bosque de las Nuwas, que se venían organizando desde el 2013 cuando Conservación Internacional empezó a trabajar con ellos en la comunidad, buscando fortalecer sus vínculos con la naturaleza y poner en valor su cultura, con miras a que mejoren el manejo de su territorio. Es entusiasta y disciplinada. En 2020, cuando irrumpió la pandemia del Covid-19 en la comunidad awajún, ella preparaba las infusiones para aliviar los malestares del virus. Es artesana -confecciona aretes, collares, pulseras con semillas y mostacillas-, y es amante de la biodiversidad del bosque; no deja de elogiar el paraíso que tenemos frente a nuestros ojos. Hemos llegado al Bosque de las Nuwas.
“Mi madre, mis tías y otras mujeres de la comunidad me enseñaron mucho”, acota, mientras nos acercamos a contemplar algunas de las plantas medicinales que ofrece el bosque, un lugar donde te conectas con la naturaleza y que es visitado por turistas de diversas partes del mundo, lo cual es visto por las nuwas como una oportunidad para contar y mostrar su historia.
“Al visitante también le enseñamos a cuidar el bosque”, dice esta madre de dos niños.
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El Bosque de las Nuwas es un espacio protegido por las mujeres de la comunidad nativa de Shampuyacu, y lo lidera un Comité de Trabajo. Luego de haber perdido la mayoría de su cobertura forestal, las mujeres se organizaron para solicitar un espacio en el Bosque de Reserva Comunal para el sembrío de plantas medicinales con el objetivo de rescatar sus conocimientos ancestrales, revalorizar su cultura, y hacerle frente a uno de los principales problemas que desafía la comunidad, la deforestación.
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Así fue como en 2015 empezó la construcción del primer vivero de plantas tradicionales, se organizaron talleres, se destacó la importancia de proteger los bosques y se enfocaron en la recuperación del valor ancestral del bosque sin dejar de lado la participación comunal y la igualdad de oportunidades.
Por el lugar que estamos recorriendo, comenta Uziela, hay más de 100 plantas medicinales y unas 42 variedades de yuca.
‘Nuwa, Infusiones nativas’ es un producto que nació gracias al apoyo del Laboratorio Takiwasi y Conservación Internacional para contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad, en armonía con su cultura y su territorio, valorizando el rol de la mujer awajún en la conservación de la biodiversidad nativa y los conocimientos ancestrales, asegurando la distribución justa y equitativa de los beneficios en la cadena de valor. Las infusiones, con toques dulces y picantes, que se pueden beber frías o heladas, son elaboradas con plantas aromáticas de la alta amazonía peruana.
Así como tienen este producto, las nuwas pueden extender
sobre una amplia mesa una variedad de frutas del bosque para los turistas como ocurrió el día que la visitamos.
Unas 70 mujeres comparten la tarea con Uziela. La responsabilidad está clara: sin el bosque no hay vida, no hay tradición, no hay pasado, no hay presente. No hay futuro.
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