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Dos hermanos gemelos de 15 años están entre los acribillados en San Martín de Porres

La Policía confirmó que los tres jóvenes acribillados en la Muralla de Chuquitanta tenían vínculos con una banda delictiva del Callao y que el crimen es investigado como un ajuste de cuentas.

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san martin de porres
Triple crimen en Chuquitanta estaría relacionado con un ajuste de cuentas. Foto: Difusión.
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Las autoridades lograron identificar a los tres jóvenes que fueron acribillados con más de 20 disparos, en la zona agrícola conocida como La Muralla de Chuquitanta en el distrito de San Martín de Porres. Las víctimas son como Carlos Enrique Afanador Vicente, de 18 años, y dos hermanos gemelos de 15 años.

El crimen se produjo durante la madrugada del último miércoles, en medio de la oscuridad y el aislamiento de ese descampado, un lugar que, según testimonios de vecinos, ya ha sido escenario de balaceras en ocasiones anteriores.

Los cuerpos fueron hallados tendidos sobre la tierra, sin que hubiera señales de que intentaran escapar, lo que refuerza la hipótesis de que fueron llevados al lugar para ser ejecutados.

Aunque algunos testigos afirmaron haber escuchado gritos de auxilio seguidos de ráfagas de disparos, la escena hallada por los efectivos de la comisaría local demostró la frialdad de los sicarios. Peritos de Criminalística encontraron más de 20 casquillos de bala, compatibles con un arma 9 milímetros, lo que evidencia la brutalidad del ataque.

Vinculación con banda del Callao

El General PNP Enrique Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima, reveló a la prensa que la principal línea de investigación apunta a un ajuste de cuentas. 

Según las pesquisas preliminares, los tres jóvenes estarían vinculados a una banda delictiva del Callao.

"Hemos desarrollado líneas de investigación y se ha determinado que serían tres personas vinculadas a una organización delictiva del Callao. Tienen carpetas fiscales abiertas", señaló el General Monroy.

Las autoridades sospechan que los jóvenes fueron trasladados desde el primer puerto hasta esta zona de Lima Norte para ser eliminados. La frialdad y precisión del asesinato apuntan a una ejecución dirigida y planificada. 

Incluso, la gran cantidad de casquillos y la falta de un ruido sostenido reportado por todos los vecinos hizo sospechar a los peritos sobre el posible uso de armas con silenciador.

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