La comunidad de Piura clama por justicia tras el brutal asesinato de Xiomara Alejandra Huertas Santiago, una joven universitaria de 18 años, a manos de su tío político, Jorge Junior Silva Álvarez (42). La indignación se ha intensificado al revelarse que Silva Álvarez contaba con una denuncia previa por tocamientos indebidos a una menor de edad.
El cuerpo de la estudiante, hallado sin vida enterrado en el patio de la casa del sospechoso, presentaba signos de violencia, con la boca amordazada y una soga al cuello. El acusado, en un intento de ocultar el crimen, supuestamente cavó un hoyo de tres metros, lo cubrió con cuero de vaca y utilizó desechos fisiológicos para disimular el olor del cuerpo en descomposición.
Betty es de tamaño mediano, de color caramelo y, debido a su edad, tiene la carita blanca. No llevaba accesorios al momento de extraviarse.
La familia de la víctima ha expresado su profunda consternación y dolor. "No tenemos consuelo, solo pedimos justicia y que este crimen no quede impune. Pedimos que se pudra en la cárcel", declaró Julia Mechato Zapata, la abuela de Xiomara, visiblemente afectada.
El dolor de la familia es aún mayor al recordar que el presunto asesino los acompañó en la búsqueda de la joven, fingiendo preocupación.
La rabia de la comunidad ha crecido al conocerse que Jorge Silva Álvarez había sido denunciado en agosto de 2014, en San Juan de Miraflores, Lima, por abusar de una niña desde que tenía 4 años.
Según la familia de Xiomara, este caso no recibió la sanción debida. "Si la justicia hubiera actuado en ese momento, quizás Xiomara hoy estaría con vida", lamentaron los deudos, cuestionando la impunidad que ha rodeado al sospechoso.
Detención y homenaje a la víctima
En un avance en la investigación, Silva Álvarez fue puesto a disposición de la División de Homicidios de la Divincri Piura. Un juzgado ha dictado siete días de detención preliminar, tiempo durante el cual se realizarán las diligencias necesarias. La Policía maneja la hipótesis de feminicidio y no descarta que el crimen haya sido premeditado.
La tarde del lunes, una multitud de amigos, vecinos, excompañeros de colegio y familiares se reunieron para darle el último adiós a Xiomara, una joven tranquila que soñaba con ser una profesional de la carrera de Ciencias de la Administración en la Universidad Nacional de Piura. El cortejo fúnebre, acompañado por globos blancos, recorrió las calles de Villa Vichayal en un emotivo y doloroso adiós.
"Hijita de mi vida, ¿por qué te hicieron eso?", exclamó desconsolada Milagros Santiago Mechato, la madre de Xiomara, mientras se despedía de su única hija.
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