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A 31 años del autogolpe que eliminó el Senado y dio paso al actual sistema político
A 31 años del autogolpe que eliminó el Senado y dio paso al actual sistema político
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“Disolver temporalmente el Congreso de la República, hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo, la que se aprobará mediante un plebiscito nacional”, fueron las palabras con las que el entonces presidente Alberto Fujimori remeció al país la noche del domingo 5 de abril de 1992 con un autogolpe de Estado.
Durante el mensaje a la Nación televisado, el mandatario acusó al Congreso y al Poder Judicial de ser un “freno a la transformación y al progreso” del país. Además, calificó al Parlamento como obstruccionista a su gobierno.
“Eso es una infamia. No había ningún espíritu de obstruir. Si le dimos facultades delegadas en los temas que nos pedía”, le dijo a Perú21 Raúl Ferrero, entonces senador del Frente Democrático (FREDEMO) y exdecano del Colegio de Abogados de Lima.
El exsenador aseguró que el entonces presidente Fujimori, previamente al golpe de Estado, emprendió una campaña para ir “preparando el terreno y generar anticuerpos a la segunda cámara”.
“No quisieron la consulta que normalmente se hacía entre diputados y senadores, y que se llegaba a muchos acuerdos”, dijo.
Por su parte, el exdiputado y expresidente del Tribunal Constitucional, Óscar Urviola, coincidió con Ferrero en que el Congreso que el entonces mandatario acusaba de obstruccionista le otorgó facultades legislativas. Además, narró que el día que Fujimori asumió la presidencia, él y otros parlamentarios asistieron a la ceremonia de besamanos como acto protocolar, donde, según dijo, Fujimori ya tramaba dar un golpe.
“El mismo 28 de julio de 1990, un diputado de Cambio 90 nos dijo que Fujimori estaba preguntando cómo disolver el Congreso”
El exdiputado indicó que el entonces mandatario buscó desprestigiar con mentiras al Congreso y acusó a los parlamentarios de tener altos sueldos.
“No era tal. Eran US$ 1,000, equivalentes a 1,200 soles; 120 eran básicos, 400 y tantos eran gastos de representación y 500 eran gastos de seguridad”, explicó. Además, contó que, a diferencia del Congreso disuelto, los constituyentes de 1992 ganaban US$ 10,000.
Bicameralidad necesaria
Ferrero y Urviola, ambos parlamentarios durante el último periodo bicameral que tuvo el Perú (1990-1992), resaltaron que eliminar el Senado fue un error.
El exsenador aseguró que tener dos cámaras en el Parlamento permite revisar las leyes aprobadas en la cámara baja y corregir proyectos que se daban de forma apresurada.
“Nos permitía tener una nueva visión más técnica y normalmente menos politizada”.
Asimismo, lamentó que en el referéndum de 2018 no se aprobara esta reforma. Sin embargo, consideró que eventualmente será restaurado el Senado.
El exdiputado Urviola señaló que, al igual que otros parlamentarios de aquella época, no volvió al Parlamento debido a que no considera que un parlamento unicameral “sea el adecuado para el sistema democrático” del Perú.
“Todas las deficiencias que tiene este Congreso precisamente es porque no puede hacer todo lo que un congreso de verdad debe hacer”, resaltó.
El 5 de abril de Castillo
El 5 de abril parece haberse convertido en la fecha en la que se dan medidas autoritarias en el Perú.
Hace un año, un paro de transportistas se daba en el país. Varias vías fueron bloqueadas como protesta por el incremento de los precios del combustible. También se sumaron a las movilizaciones los agricultores.
Durante las manifestaciones ocurrieron actos de vandalismo como la quema de peajes. Además, el Gobierno informó sobre 4 muertes como consecuencia de las protestas.
El 4 de abril de 2022, el entonces presidente Pedro Castillo, meses antes de que el profesor imite a Alberto Fujimori y busque romper el orden democrático que juró defender, se dirigió al país en un mensaje a la Nación en el que, “para resguardar los derechos fundamentales de todas las personas”, decretó inamovilidad social obligatoria para Lima y Callao desde las 2:00 a.m hasta las 11:59 p.m. del día siguiente.
Esta medida generó el rechazo de miles de ciudadanos que desacataron el toque de queda y salieron a protestar por las calles de la capital. Al promediar las 3 de la tarde, la Plaza San Martín, ubicada en el centro de Lima, se convirtió en el punto de encuentro de los manifestantes.
A las 5 de la tarde, desde el interior del Congreso, Castillo anunció el cese de la medida. Sin embargo, su anuncio sirvió poco o nada para calmar las protestas.
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