Ad portas de la definición del juicio en su contra por el caso Interoceánica, el expresidente Alejandro Toledo intentó a como dé lugar deshacerse de la sólida acusación fiscal que pesa sobre él. La Fiscalía solicita 20 años y 6 meses de cárcel, acusándolo de cometer los gravísimos delitos de colusión y lavado de activos en perjuicio del Estado durante el periodo en que gobernó el Perú (2001-2006).
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De recibir una sentencia condenatoria, como todo parece indicar, Toledo, de 78 años de edad, se convertiría en el segundo exmandatario del Perú en ser condenado por corrupción, tras el fallecido Alberto Fujimori. En la audiencia del último viernes, 11 de octubre, intentó enlodar a su fenecido amigo Josef Maiman y hasta a sus exministros Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y José Ortiz. No recibí, no sabía, no conozco, no me reuní fue en resumen la conclusión de su alegato de defensa, a pocos días de conocerse el veredicto judicial.
¿Pueden sus argumentos salvarlo de pasar largos años recluido en el centro penitenciario de Barbadillo? Abogados penalistas consultados por Perú21 afirman que no: la suerte parece estar echada.
DESTINO FINAL
Por ejemplo, Andy Carrión sostuvo que “es complicado” que estos argumentos finales, en los que intenta incriminar a terceros, le sean favorables para evadir la justicia o reducir la condena en su contra. Recordó que “la imputación hacia él es que se habría coludido para favorecer a Odebrecht dentro de su ámbito de presidente de la República”.
El letrado señaló, en conversación con este diario, que “normalmente la versión del imputado es tomada con pinzas por parte del colegiado porque lo que importan son las pruebas. Es más sólida la acusación fiscal”. Carrión señaló que “ya terminó la etapa investigativa y de aportación de pruebas” de este proceso, por lo que “no hay posibilidad de sustentar sus dichos con alguna prueba nueva”.
Además, sostuvo que el Segundo Juzgado Penal Colegiado de la Corte Superior Nacional, que preside la magistrada Zaida Pérez Escalante, debe tomar una decisión antes del 22 de octubre, fecha en la que vence el plazo de prisión preventiva de 18 meses en su contra dictada en 2017, pero que empezó a hacerse efectiva el 23 de abril del año pasado, luego de que fuese extraditado de Estados Unidos. “Si uno se remite a las evidencias, creo que de los casos que maneja el equipo de fiscales Lava Jato este es el más sólido. Sí hay evidencias de los delitos de colusión y lavado”, concluyó.
De igual forma, el también abogado penalista Roberto Pereira manifestó a Perú21 que “Toledo ha declarado en su condición de acusado y en virtud de un derecho. Sin embargo, esa declaración va a tener que ser evaluada con todo el acervo probatorio que ya existe. De manera tal que sus declaraciones tienen un efecto muy limitado. Este es un caso donde existe abundante evidencia acerca de su involucramiento en esos graves hechos de corrupción”.
De confirmarse la condena, añadió, Toledo “tiene expedito el recurso de apelación, que lo verá una sala superior. Se hará un control de esa decisión, pero si el juicio ha sido llevado a cabo, como todos hemos visto, con probidad, con evidencias, con debido proceso, es más limitada la posibilidad de que se cuestione”.
Indicó que la edad de Toledo “puede influir en la manera como va a afrontar la carcelería”, pero no “en la propia responsabilidad, porque la regla en el Código Penal para poder tomar en cuenta la edad de las personas se aplica considerando el momento de la comisión de los hechos”.
“ESTRATEGIA POCO SÓLIDA”
Respecto al discurso de Toledo, Julio Midolo, abogado del expresidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), sostuvo que “la única sindicación directa de un acto de corrupción en la Interoceánica es hacia el señor Toledo”.
Añadió que, aunque cada ministro maneja su cartera, ninguno puede establecer políticas o directrices “sin la coordinación del presidente”. En ese sentido, dijo a Perú21, “yo descarto que el señor Kuczynski haya tenido algún acuerdo irregular con alguien de la empresa Odebrecht o con cualquiera de las consorciadas, mucho menos que eso se haya realizado a espaldas del señor Toledo; creo que ha sido al revés más bien”.
“Si la estrategia de defensa es tratar de desviar la atención, yo la veo muy poco sólida. Al señor Toledo se le hacen preguntas directas y, más allá de negarlo con el histrionismo que lo caracteriza, no establece ningún contraindicio”, culminó.
En tanto, el abogado de Toledo, Roberto Su, manifestó a Perú21 que no dará ninguna declaración a la prensa “hasta dar nuestros alegatos de clausura, que son el día martes”.
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