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Análisis.21: La pelota no se mancha
No parece haber relación entre los resultados deportivos y la aprobación presidencial.
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Justificadamente, la gesta mundialista sin duda ha llenado de optimismo a la opinión pública peruana. El optimismo hoy parece extendido al repunte económico. ¿Se extenderá también al lado político?
Aquí no pasa nada
Tomemos la aprobación presidencial como indicador. Aunque es evidente que el ánimo distendido caracterizará los próximos días (quizá semanas), no pasaría lo mismo en el mediano plazo.
Hace algunas semanas, María Alejandra Campos comentaba: “Si Perú le gana a Nueva Zelanda en el repechaje y clasificamos al Mundial (…), es probable que la aprobación de PPK no suba un punto, porque el desempeño de la selección poco o nada tiene que ver con su popularidad” (El Comercio, 28/10/2017).
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No le falta razón. El contraste con los resultados obtenidos por la selección peruana desde agosto de 2016, cuando se midió por primera vez la popularidad para el actual gobierno, es claro.
En la presente revisión de 50+1, se han contabilizado los puntos en disputa en cada mes y se ha sacado la proporción porcentual de los puntos obtenidos por Perú. Lo que se puede constatar es que pocas veces se beneficia PPK de los positivos resultados futbolísticos.
Chiripa
Existen excepciones, obviamente, aunque es claro que no deben ser atribuidas solo al fútbol. Por ejemplo, el empate con Venezuela en Caracas y el triunfo ante Uruguay en Lima, de marzo, coinciden con un repunte en abril (el trabajo de campo de marzo fue previo a los partidos). Sin embargo, la recuperación también puede atribuirse al ánimo de unidad nacional que caracterizó a la respuesta del país frente a El Niño costero.
Otra recuperación, el reciente repunte de octubre coincide con la obtención del 33.3% de los puntos en disputa, que dieron la clasificación a la repesca. Coincide con el recambio ministerial. La tendencia a la alza, además, no se mantiene en noviembre, cuando la expectativa mundialista estaba al tope, aún antes del histórico miércoles 15 de noviembre.
La anti barra brava
Si se retrocede a los dos mundiales más recientes en los que participó Perú (Argentina 1978 y España 1982), los buenos resultados futbolísticos tampoco se han traducido en una paz política, más allá de momentáneos alivios.
La clasificación a Argentina se jugó durante el convulsionado 1977. Ese año, en julio, tuvo lugar el histórico paro nacional, que iniciaría el deterioro final del gobierno de Morales Bermúdez.
En 1982, cuando Perú jugó el Mundial de España, la política peruana tampoco fue calma. La acción del terrorismo se consolidaba al punto que las Fuerzas Armadas asumieron el control de la zona de emergencia, a finales de diciembre, mientras el gobierno de Fernando Belaunde sufría presiones de distintos movimientos sociales, incluyendo los entonces poderosos sindicatos.
Lo dijo Dios
Quienes avizoran una paz social y política al menos hasta julio de 2018, deberían revisar la actualidad y la historia reciente. Sin duda habrá cierta distensión en los meses venideros.
Pero fútbol y política parecen avanzar por cuerdas separadas. Como decía Diego Armando Maradona hace unos años, y para bien de los hinchas peruanos, “la pelota no se mancha”.
Cifras
- 100% de los puntos disputados obtuvo la selección peruana, en setiembre de 2016 y agosto y setiembre de 2017.
- 11 puntos porcentuales subió Perú entre marzo y abril de 2017. En marzo, Perú obtuvo el 66.7% de los puntos en disputa.
- 11 puntos porcentuales subió Perú entre marzo y abril de 2017. En marzo, Perú obtuvo el 66.7% de los puntos en disputa.
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