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Carlos Ortega Carbajal: “Que el Perú se mire en el espejo de Venezuela”
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Carlos Ortega Carbajal es el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, cargo que asumió en el año 2000 y que ostentará, dice, hasta que se realicen nuevamente elecciones limpias en un marco democrático en su país. Pero, sobre todo, Ortega es un férreo opositor a la dictadura venezolana. De aquella que en el 2000, bajo las riendas de Hugo Chávez, desató una persecución en su contra, lo condenó a 16 años de prisión y lo llevó a asilarse en el Perú –donde vive desde el 2007–, y de la que personifica Nicolás Maduro, por la que no puede retornar a la tierra que lo vio nacer y donde aún está parte de su familia.
¿Qué lo ha motivado a dejar ese perfil bajo ahora?
Frente a lo que vive el Perú en los actuales momentos y la región, es necesario que los peruanos conozcan los testimonios de quienes hemos sufrido persecución y cárcel de la dictadura venezolana, presidida ayer por Hugo Chávez y hoy por Nicolás Maduro.
¿Cuál fue su primer contacto con Chávez?
Lo conocí como golpista y conspirador que atentó contra la democracia de nuestro país. Luego fue detenido y puesto en libertad. Tuvimos oportunidad de conocernos en un canal de TV donde me preguntó cómo era la industria petrolera venezolana. Tenía un marcado interés por Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ahora ya sabemos lo que pasó con la industria petrolera venezolana, la destruyó, y los enormes recursos que generó fueron tomados para sí y para comprar voluntades interna y externamente. El mismo guion que vive Venezuela es el que vive el pueblo cubano. Ahora Venezuela es un pueblo hambreado, sin medicinas, con un movimiento sindical prácticamente desaparecido porque los contratos colectivos que se discutían para mejorar calidad de vida de los trabajadores desaparecieron.
¿Cómo era la situación de los trabajadores antes de la dictadura? ¿Qué beneficios tenían y cuáles perdieron?
Los trabajadores tenían todos los beneficios alcanzados por los sindicatos y se perdieron porque un grupo de dirigentes, encantados con el discurso de Hugo Chávez y sus enormes recursos, abandonaron la lucha sindical y se fueron a su lado traicionando a la clase trabajadora. Teníamos el derecho a la sindicalización, a la huelga, las convenciones o contratos colectivos. Los beneficios que se obtuvieron a través del tiempo como vivienda, salud, mejora de salarios, escuelas, recreación, todo eso se perdió. Y otro elemento más grave incluso fue que con la expropiación de las empresas se produjeron los despidos de trabajadores y la pérdida de miles de puestos de trabajo, porque si confiscas la empresa, esta no produce absolutamente nada.
¿Qué pasó con las pensiones de los trabajadores y sus aportes previsionales?
Eso es digno de lástima. En el caso de los petroleros, por ejemplo, era un plan contributorio; eso ya no existe. Las prestaciones, las pensiones cuestan Dios y su ayuda. Los trabajadores hoy mueren de mengua por falta de alimentación y medicina. Entonces, las pensiones representaban el 80% de los salarios, hoy no llegan ni a 3 dólares; lo perdieron todo y no queda absolutamente nada.
Chávez reposó el éxito inicial de su gobierno en las reservas petroleras y generó una situación de bonanza que luego se cayó porque las reservas fueron mal utilizadas y se constituyeron en fuente de corrupción.
En ese entonces yo era director laboral en PDVSA y dejamos la producción petrolera en 3.5 millones de barriles diarios. ¿Dónde está la producción petrolera en Venezuela en estos momentos? Desapareció.
¿Qué señales dictatoriales advirtió para oponerse al gobierno de Chávez desde sus inicios?
Si algo le reconozco a Chávez es que decía las cosas, las anunciaba, y yo las tomaba como ciertas. Mucha gente no creía. Decían: “Venezuela no es Cuba, jamás será como Cuba” y resultó todo lo contrario. Él utilizó y aprovechó al máximo el canal y la vía democrática para ser presidente y después le dio vuelta a la tortilla para enquistarse en el poder. ¿Qué es Venezuela hoy día? Está encabezada por Nicolás Maduro y el alto mando militar, son los grandes narcotraficantes en el mundo, unos criminales, bandoleros. Quieren el poder por el poder para hacerse ricos, millonarios. Hoy en el Perú tenemos un millón de compatriotas venezolanos porque no soportan una dictadura, porque sus familias están muriendo de hambre, porque no hay alimentos, no hay medicina, hay persecución y terrorismo de Estado.
Lo que nos ha descrito es lo que le espera a un país con un régimen como el venezolano.
Sí, pero soy respetuoso. Aquí hay un proceso a punto de culminar y la decisión le corresponde al Perú. Lo que digo es: “mírense en ese espejo”. Hay que tener ojo avizor de lo que pasa en Venezuela.
Chávez empezó su gobierno planteando una asamblea constituyente que dio pie a una nueva Carta Magna y que fue la que le dio los mecanismos para mantenerse en el gobierno.
Exactamente. Esa fue una Constitución hecha a la medida para el proyecto revolucionario que aplicó posteriormente y que padece Venezuela en los actuales momentos. Por eso dije que reconocía su primera elección pero de ahí en adelante fue pura trampa, con un Consejo Nacional Electoral constituido por figuras del partido de gobierno o afines.
¿La vida entonces en Venezuela era como la que hoy vive usted en el Perú?
Yo diría que sí. Por supuesto que hay problemas. Creo que uno que tiene que resolver el Perú es mirar un poco más y atender a la población de menores recursos porque todo no se puede manejar exclusivamente desde la capital porque si se descuidan vienen los demagogos, los irresponsables, los que engañan a los pueblos. Venezuela no puede ser jamás un ejemplo en un proceso electoral para llegar o subir al poder, eso es una gran maldad, una gran traición contra cualquier pueblo en el mundo.
AUTOFICHA
“Soy Carlos Ortega Carbajal. Presidí Fedepetrol, la máxima central obrera petrolera de Venezuela. Posteriormente, fui elegido presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, desde donde desplegué una lucha frontal contra la dictadura de Hugo Chávez”.“Los peruanos tienen el mejor ejemplo en ese millón de venezolanos que ha venido al Perú huyendo de la dictadura venezolana. Como demócrata yo no quiero que este país, o cualquier otro de la región, se convierta en lo que hoy son Venezuela o Cuba”.“Cada día que sale el sol, que amanece, yo me siento en Venezuela. Todos queremos regresar al país. ¿Cree que este millón de venezolanos que está en el Perú quiere estar acá? No. Lo que quieren es regresar a Venezuela, incorporarse al país e iniciar el proceso de su reconstrucción que será duro y de sacrificios”.
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