En este contexto, Espinosa —consultado sobre el caso específico de Oscorima, quien incluso obsequia costosos relojes marca Rolex— comentó que “no tiene nada de malo ser funcionario público y a la vez tener una empresa, siempre y cuando no haya conflicto de intereses, de corrupción, pero todo eso es materia del análisis permanente” de la UIF, explicó.