La estructura humana que sostiene la gestión de Delia Espinoza Valenzuela ha variado mucho desde que tomó el mando del Ministerio Público. Al inicio, en noviembre de 2024, sus principales brazos de trabajo eran los fiscales Elmer Chirre y Marcial Páucar, pero de ellos este último fue el que ganó un rol más protagónico. Estar a cargo del Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales le da un innegable peso que, cuando sea necesario abrir investigación a un alto funcionario, Espinoza no puede ignorar.
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Chirre y Páucar no son amigos. De hecho, fuentes consultadas por Perú21 indicaron que las peleas entre ambos en las oficinas de la Fiscalía, antes de ostentar sus cargos actuales, eran casi diarias.
Cada uno quería que las cosas salieran a su manera a pesar de las disposiciones que emitía la fiscal de la Nación. La distribución de trabajo, de personal y hasta de oficinas eran los motivos de las pugnas.
No obstante, pese a las diferencias, su jefa los juntó en su equipo desde que estaba al frente de la Fiscalía Suprema Anticorrupción.
Chirre es un destacado fiscal anticorrupción que logró la primera condena contra la empresa Odebrecht en 2019. Páucar, en tanto, es un magistrado especializado en lavado de activos que integró el primer equipo Lava Jato, cuando la cabeza era Hamilton Castro.
El primero es ahora jefe de la Oficina de Cooperación Judicial Internacional, la que se encarga de tramitar el intercambio de información con otros países para investigaciones penales.
De acuerdo a las fuentes, él mismo pidió ocupar ese puesto estratégico a Delia Espinoza.
La sombra de Zoraida
Desde que integró la Junta de Fiscales Supremos, en 2023, Espinoza le ha cedido espacio en su entorno a su amiga fiscal suprema Zoraida Ávalos.
Lo demostró al integrar a Fany Quispe, persona de total confianza de Ávalos, a su despacho en la Fiscalía Suprema Anticorrupción. Y ratificó ese vínculo al retenerla en su círculo ya siendo fiscal de la Nación.
La importancia de Quispe para Espinoza Valenzuela fue aún más notable cuando la nombró coordinadora de la Fiscalía contra la Criminalidad Organizada en reemplazo del fiscal Jorge Chávez Cotrina, quien por casi diez años lideró ese sistema.
Y no solo eso, a Quispe Farfán le asignaron la jefatura de la Oficina de Coordinación y Enlace de las Fiscalías de Tráfico Ilícito de Drogas. Esta fiscal concentra un poder de decisión trascendental.
La mano de Ávalos, exfiscal de la Nación, también fue visible con la aparición de Víctor Cubas. La titular del Ministerio Público le creó el cargo de vocero y su poder consiste en ser la única voz autorizada para hablar públicamente por la gestión de Espinoza.
En esta nómina figura, además, Rosario López Wong, quien se encargó de organizar la ceremonia de juramentación de Delia Espinoza.
Con Ávalos Rivera, López Wong ascendió de fiscal superior a suprema provisional. Con Espinoza se repitió esa jugada, pero ahora es una fiscal suprema anticorrupción.
El otro fiscal supremo anticorrupción es José Timarchi, también cercano a Zoraida Ávalos.
Y la última muestra de la influencia de esta última en la gestión Espinoza es Mirko Cano, el superfiscal.
Cano es el nuevo coordinador de tres Fiscalías especializadas: Anticorrupción, Extinción de Dominio y Lavado de Activos. Su designación propició la salida de Rafael Vela de la coordinación de Lavado de Activos después de una década.
Su nombramiento, según las fuentes consultadas, sucedió ante las trabas que surgieron para la designación de Omar Tello como coordinador Anticorrupción. Tello era otro recomendado de Ávalos.
La legitimidad de Delia Espinoza no está en cuestión, de otra manera el retiro de fiscales consagrados hubiera sido cuestionado por la opinión pública, como sucedió con sus destituidos antecesores Pedro Chávarry y Patricia Benavides.
A Espinoza le toca remar contra la corriente, las circunstancias determinarán si el equipo que eligió la ayudará en esa laboriosa tarea de tres años.
Tenga en cuenta
-Perú21 conoció que Delia Espinoza consulta sus decisiones con otras dos fiscales: Raquel Cárdenas, coordinadora de la Fiscalía de Derechos Humanos, y Aurora Castillo, coordinadora de la Fiscalía de Ciberdelincuencia.
-La secretaria general del Ministerio Público, Ana María Velarde, es otra cuota de Zoraida Ávalos en la gestión de Espinoza.
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