Luego de 105 días de no declarar a la prensa, la presidenta de la República, Dina Boluarte, salió ayer a dar un balance de sus últimos diez meses de gestión. Acompañada de algunos de sus ministros, la mandataria, además, hizo una suerte de simulación de conferencia con los periodistas; limitó las preguntas a una por medio de comunicación, no contestó las interrogantes incómodas, en otras tantas fue evasiva, y no le faltó una buena dosis de displicencia y soberbia, el mismo desdén con el que una vez más —así lo evidenció—aborda su gobierno la crisis de inseguridad ciudadana y criminalidad que atraviesa el país.
No solo dijo que no le preocupa la opinión de ese 93.2% de peruanos que, según una encuesta, considera que el Gobierno ha fracasado en la lucha contra el crimen organizado, sino que blindó al cuestionado ministro del Interior, Juan José Santiváñez, en particular, y a sus otros ministros, en general, alegando que su trabajo es “complejo”.
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“Me preocuparía (esa cifra) si fuera de la mano con el crecimiento económico.(…) Nosotros sabemos lo que estamos haciendo diariamente en todo el territorio y el cariño con que somos recibidos nos demuestra lo contrario de lo que dicen los números de las encuestadoras. Respecto del gabinete, y en particular Santiváñez, créanme que asumir un ministerio no es como un trabajo meramente administrativo, es mucho más complejo y hay que darle tiempo a los ministros y funcionarios para que puedan mostrar resultados”, sostuvo.
Destacó, en esa línea, el trabajo que realizan el Ministerio del Interior y la Policía Nacional e insistió en que “las cifras hablan por cuenta propia”, en alusión a los más de 1,800 delincuentes capturados y 78 bandas desarticuladas que, según ella, reflejan que “se está haciendo todo lo posible por acabar con esa lacra social” de la delincuencia.
“Tenemos que dar la oportunidad a los ministros a que seguramente den mayores resultados, el cambio de ministros de un día a otro o cada rato genera desestabilización en la gestión pública”, arguyó ante la atenta mirada del titular del sector que estaba presente en la conferencia.
La pregunta, a más de veinte días de iniciado el estado de emergencia en 14 distritos y más una veintena de asesinatos por sicariato, además de robos, asaltos y secuestros en Lima y Callao, es cuánto más tendremos que esperar para ver esos resultados.
Lo único cierto a estas alturas es que, por lo menos por ahora, no habrá cambios en el gabinete que preside Gustavo Adrianzén.
Balance económico
El balance de la mandataria incluyó también el tema económico y, en ese contexto, resaltó que nuestra economía viene creciendo en estos cinco meses de manera sostenida”. Destacó con triunfalismo que “en agosto, la economía creció en un 3.5%, en los primeros 8 meses del año hemos registrado un crecimiento del 2.9% y nos dirigimos con firmeza hacia una expansión superior al 3% para todo el año 2024”. Omitió, sin embargo, que, de acuerdo a los expertos, ese 3% no es por acción propia del Ejecutivo y no es suficiente, toda vez que para generar empleo y reducir pobreza se necesita crecer más del 4% o 5%.
Añadió que en los primeros ocho meses del año, las tasas fueron superiores al 5% regresándose así a los niveles prepandemia, pero no dijo que solo fueron dos meses (abril y mayo) en los que se registró dicha cifra.
También mencionó como un logro el destrabe de diversos proyectos como Chinecas, Chavimochic, Majes-Siguas y Tía María, entre otros. Este último con una inversión de US$1,400 millones aunque a estas alturas no hay fecha exacta para el inicio de las operaciones.
Y, para variar, subrayó que nuestra moneda es la más fuerte de la región, mérito que, como ya es sabido, recae exclusivamente en el Banco Central de Reserva, no en el Gobierno.
Ya casi al finalizar el encuentro, Boluarte sostuvo, como lo hizo meses atrás, que tendrá “más proximidad con la prensa” y así “no esperar tanto para conversar lo que el Ejecutivo viene realizando”. Ofrecimiento difícil de cumplir cuando no se tiene respuestas. “La presidenta no tiene respuestas adecuadas para cada tema concreto que se le plantea. Lo único que ha hecho es dar la cara y ciertamente rompe el mito del silencio, pero no llega a abarcar respuestas adecuadas porque la controversia en torno a ella, sus actitudes y lo que quiere ocultar van a continuar todavía por mucho tiempo”, manifestó a Perú21TV el analista político César Campos. Tras lo visto ayer, no queda duda de eso.
SABÍA QUE
La presidenta evidenció su incomodidad con la prensa en varios momentos de la conferencia en Palacio de Gobierno. Uno de ellos cuando se le preguntó por qué se había mantenido sin declarar más de 100 días afectando con ello la imagen presidencial.
“Tú pregunta es un tanto política, pero te vamos a responder”, arguyó.
Asimismo, reiteró su llamado a la unidad y el diálogo.
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