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Dirigente de Puno: “Castillo nos ha dado una puñalada a las mujeres”
“(Castillo) está diciendo que las mujeres se dejan pegar y no es así. Nos pegan porque a nosotras no nos han enseñado cuáles son nuestros derechos”.
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Ruth nació con menos oportunidades por ser mujer. “Es un tema de cultura”, me dice la comerciante y dirigente puneña. Pero esto nunca impidió que busque luchar por sus sueños y luchar por las mujeres de su comunidad. La violencia de género y el maltrato psicológico han probado su temple, pero solo la han hecho más fuerte.
¿Qué la motivó a ocupar un cargo de liderazgo?
Es fácil decir “esto se tiene que hacer” o “que hagan tal cosa”, pero nadie quiere hacerlo. Tomé la decisión porque no podía seguir permitiendo que sigan las injusticias. Cuando uno está en una circunstancia donde puede aportar, tiene que alzar la voz, alguien lo tiene que hacer y he sido yo. No es solo hablar sino actuar sin medir las consecuencias, porque cuando te opones a lo negativo te tratan de desaparecer e intimidarte, como lo han hecho conmigo por ser mujer.
¿Es fácil ocupar un cargo de liderazgo como mujer?
Yo vengo de una cultura muy antigua donde los padres no les daban a las mujeres las mismas oportunidades, donde no nos dejaban estudiar. Pero eso nunca impidió que me trazara una meta de ir hacia adelante y de hacer algo por mi población. Tuve la iniciativa para estudiar, pero mis papás por la costumbre de nuestra cultura me pedían que tenga pareja. Mis sueños nunca se fueron. He hecho mucho para ser profesional. Soy enfermera técnica y desde agosto soy ingeniera ambientalista, ha sido muy duro porque también he sido víctima de violencia.
¿Qué pasó?
Yo he sido víctima de violencia por parte de mi expareja. A él no le gustaba que yo tuviera una posición de liderazgo, porque me tenía celos. He vivido un ambiente de violencia, pero esa caída me permitió levantarme sola y con mis hijos. Lamentablemente, ese machismo viene de familia, con mi madre también fue así en parte.
¿Cuál es esa meta que se ha trazado?
Tengo un sueño y sé que voy a cumplirlo. Quiero hacer una escuela de formación y una casa de refugio para mujeres víctimas de violencia en Ilave. He visto en Colombia que hay organizaciones donde a las mujeres maltratadas las llevan fuera de la ciudad y les enseñan distintas habilidades y oficios. Yo quiero ese modelo para las mujeres. En el Perú, el Estado no te protege. Haces la denuncia y regresas a la casa a vivir con el agresor. Por eso hay muchos feminicidios. Qué bueno sería que el Estado nos traslade a otro lugar a las mujeres, que psicológicamente nos dé una rehabilitación. Perú es un país que tiene bastantes espacios. Que nos den un rincón para poder rehabilitarnos.
¿Y qué pasa con los hijos?
Cuando una mujer sufre maltrato no sabemos cómo va a ser nuestra reacción con nuestros hijos y los primeros en ser perjudicados son ellos. Cuando un hijo ve a su madre llorando eso lo trauma. Necesitamos un acompañamiento durante este proceso de rehabilitación y que nuestros hijos también cuenten con esta ayuda. La delincuencia se da porque esos niños han sido víctimas de violencia y eso es todo lo que conocen, pero qué bonito sería que el Estado se preocupe por nuestros hijos y que puedan florecer.
Hace poco el candidato Pedro Castillo dijo que “los feminicidios son por la ociosidad que genera el Estado”. ¿Qué opina de estos comentarios?
Para nosotras las mujeres ha sido una puñalada en la espalda porque justifica la violencia y responsabiliza al Estado. Está diciendo que las mujeres se dejan pegar y eso no es así. Nos pegan porque a nosotras no nos han enseñado cuáles son nuestros derechos; al conocer sus derechos una mujer puede defenderse de una manera legal, pero para eso tiene que haber el acompañamiento del Estado con los programas sociales.
¿Hay presencia del Estado en Puno?
No. Está el MIDAGRI, pero no lanzan los proyectos. Tiene un montón, pero no los lleva a cabo. Pero el problema central está en que tenemos que ir al Estado, cuando el Estado tiene que venir a nosotros. El Estado tiene presupuesto para movilizarse. Queremos que el próximo Estado venga al lugar de los hechos para que vean cómo se encuentra la situación. Actualmente, cuando hay un conflicto, el Estado envía una mesa de diálogo, pero van a la ciudad. Si queremos asistir, tenemos que ir con nuestro propio dinero.
En Puno hay más inclinación hacia Castillo. ¿Por qué?
Eso viene de los años pasados. Puno siempre se ha identificado con la izquierda porque hemos sido un pueblo olvidado y nos han hecho creer que la izquierda es la única que nos puede ayudar. Hay muchas personas que apoyan porque piensan que les van a aumentar el sueldo, ¿pero con ese sueldo se soluciona el problema de la educación en el país?
Usted como empresaria, ¿confía en la propuesta de Perú Libre?
No. Porque es muy radical. Tiene un pensamiento donde en el Perú no debe haber ricos, pero hay los que trabajan más, el que se levanta temprano, el que quiere salir adelante y hacer su propia empresa con el sudor de su frente. Quieren impedir la posibilidad de superarnos.
¿Cree usted que quien no gane respete el resultado?
Acá hablamos de democracia. Uno tiene que respetar las decisiones, no de un grupo sino de toda la población. Ojalá se cumpla por el bien del Perú y no haya desestabilización. No queremos ser un Venezuela o un Cuba o ahora un Chile.
¿Qué espera usted del próximo presidente del Perú?
Hay mucha crisis en el sector salud y educación, pero las propuestas deben tener un beneficio general a toda la población. La gente está pidiendo un cambio. Son 200 años donde nos ha gobernado un varón. Las mujeres estamos perfectamente capacitadas para ejercer el cargo. Las mujeres no nos podemos cortar las alas nosotras mismas y es nuestra oportunidad de demostrar lo que podemos lograr.
AUTOFICHA
“Soy Ruth Miriam Flores Jarecca, soy de una comunidad que pertenece al distrito de Collao-Ilave, en la región de Puno. Nací un 24 de enero de 1979. Somos 4 hermanos, 2 hombres y 2 mujeres. Yo soy la menor. Soy comerciante, pero también soy la presidenta y dirigente de una asociación de comerciantes en la provincia del Collao, en Puno. Además, soy enfermera y desde el año pasado soy ingeniera ambiental”.
Según informó la Defensoría del Pueblo, en el 2020 se perpetraron 132 feminicidios. En lo que va del 2021, han ocurrido 34 más. La pandemia ha agudizado la problemática debido al hacinamiento en el que se ven obligadas a vivir las mujeres.
“He estado en Alemania, en Sudáfrica y me gustaría traer lo bueno que he visto allá, como las energías renovables. Solo faltan empresas que apuesten por ese tipo de energía”.
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