Estas son las cortitas de hoy martes 20 de febrero del 2024

Ha defendido a la presidenta y a su poderoso hermano, al premier y a sus amigos; se ha defendido también él de sus presuntos vínculos con Los Cuellos Blancos del Puerto. Eduardo Arana, el ministro de Justicia, no ha tenido reparos para salir siempre en defensa del Gobierno. De quien sea. Pero abogar por el indefendible de Víctor Torres ya fue el colmo. Sí, Arana pidió ayer que le den a su colega del Interior la oportunidad de demostrar su “trabajo”. ¿Cuál trabajo? Uff. El titular del Minjus indicó que Torres, sobre quien pesan dos mociones de interpelación en el Congreso, “conoce de cerca los problemas del país”. Solo por eso, deberían interpelarlo a él también.

Quien tampoco puede dejar de defender a su hermanito de manera efusiva es la presidenta Dina Boluarte. Ayer, consultada por la prensa por más denuncias sobre otros cuatro afortunados amigos de Nicanor que fueron contratados por su gobierno, la jefa de Estado reiteró que este no tiene injerencia en el Estado y hasta juró que el también amigo de los prefectos y subprefectos regionales no ha colocado a una sola persona en ningún ministerio de este gobierno y menos en puestos claves. Ha nacido un nuevo “sano y sagrado”.

Boluarte, además, amagó una explicación casi científica para justificar por qué, sin permiso de sus compatriotas, decidió autoproclamarse en La Libertad como ‘la mamá de todos los peruanos’. “Cuando dije eso me refería a trabajar denodadamente, con ese cariño de madre. ¿Qué mamá no trabaja poniendo todo el esfuerzo para que le vaya bien a su hijo?, ese es el cariño que le quiero poner para trabajar por los más de 33 millones de peruanos”, desmenuzó Boluarte, días después de que miles de peruanos se proclamaran huérfanos.

El que debe sacar una cita urgente con el otorrinolaringólogo es el ministro de Economía, José Arista, quien pareciera tener un selectivo problema de sordera. El flamante titular del MEF venía escuchando clarito todas las preguntas de la prensa, cuando de pronto se le consultó sobre un proceso de presunta corrupción en su contra en su época de presidente regional y ¡zas!, se le presentó una súbita reducción de su audición. El ministro aseguró dos veces que no escuchaba qué le habían preguntado. Un problema pasajero que se solucionó cuando su turno de responder había terminado. Igual, que se dé una vueltita por el doctor.