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Expediente Tarata: la herida abierta por 250 kilos de explosivos
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El 16 de julio de 1992, Patricia Jiménez estaba embarazada y vivía con su hijo mayor y su esposo en el departamento 805 del edificio 269 de la calle Tarata. La noche de ese día, un coche-bomba destruyó el ojo izquierdo de la mujer y le mutiló parte del cerebro al bebé que estaba por nacer. Un perito de la Dirección contra Terrorismo (Dircote) detalló a Perú21 las características de la bomba que ocasionó tal tragedia.
El responsable principal del crimen –que les arrebató la vida a 25 personas y dejó más de 200 heridos– fue el genocida Abimael Guzmán y toda la cúpula terrorista de Sendero Luminoso (SL). Recién en setiembre de 2018, el Poder Judicial los declaró culpables y los sentenció a cadena perpetua.
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ASÍ SE CONSTRUYÓ LA BOMBA QUE EXPLOTÓ EN TARATA
Minutos antes de la explosión, SL atacó simultáneamente tres locales policiales para distraer a las fuerzas del orden. “Atacan la comisaría de Villa María del Triunfo, la comisaría de José Carlos Mariátegui y lo que en ese entonces era la Estación de Policía Técnica de San Juan de Miraflores”, recordó el Cdte. (r) Edward Saldaña, quien en ese momento era perito del área de explosivos de la Dircote.
Desde el cerro, Saldaña y su equipo vieron la explosión en Miraflores e inmediatamente acudieron al punto. El oficial fue el encargado de hacer las indagaciones periciales del atentado. “Fueron unos 250 kg de Anfo con dinamita que metieron en un cilindro de aceite de un metro de alto. Ese contenedor les era muy útil porque tenía la parte superior abierta –por donde rellenaban el explosivo– y lograban el efecto Munroe o carga hueca, con lo que le daban mayor poder en el explosivo”, explicó el experto a Perú21.
El constructor de estos artefactos fue un estudiante de la UNI. “Sendero reclutó a jóvenes como él y los usaba para estos atentados. Al enterarme de la sentencia por el caso Tarata, sentí que se hizo justicia. Uno se siente reconfortado al saber que tanta sangre derramada por peruanos de bien, como policías, militares, ronderos, no quedó impune”, comentó Saldaña.
¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?
El Gral. (r) José Baella considera importante enseñar a los más jóvenes sobre lo perversas que fueron las organizaciones terroristas SL y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
“Hay que fortalecer nuestro sistema de inteligencia nacional para prevenir hechos como los que perpetró Sendero. Ahora ya no creo que sean una amenaza, pero sí son un riesgo que nosotros debemos tener presente siempre. Les ganamos la guerra en la parte militar, pero no en la parte política ideológica. Eso es lo que nos falta. Los políticos piensan en el inmediatismo de sus carreras y no en lo que significa enfrentarse con ideas a un grupo subversivo”, reflexionó el exjefe de la Dircote.
Para Gilberto Hume, el periodista que captó las primeras imágenes del atentado de Tarata, nuestra sociedad ha aprendido muy poco en los últimos 28 años. “Nunca festejamos la victoria contra Sendero y eso ha sido un gran problema. Más bien, el país está entrampado, dividido entre los defensores de derechos humanos y los defensores de la política de Fujimori. En el fondo, ambos grupos contribuyeron a esa victoria, pero nadie quiere reconocer lo que hizo el otro”, indicó.
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SABÍA QUÉ
El 11 de setiembre de 2018, el Colegiado A de la Sala Penal Nacional del PJ tardó cinco horas en leer la sentencia por el caso Tarata. Condenaron a cadena perpetua a todo el buró político de SL, conformado por Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre, Osmán Morote, Florindo Flores, Óscar Ramírez, María Pantoja, Laura Zambrano, Florentino Cerrón, Edmundo Cox y Margot Liendo. Moisés Límaco también era procesado por el caso Tarata pero se fugó a Francia antes de que dictaran sentencia.
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