Los medios independientes son a los tradicionales lo que los partidos independientes son a los tradicionales.
Los partidos independientes aparecieron como una alternativa al descrédito de los viejos partidos, gracias en parte a la guerra sucia que Alberto Fujimori le copió al otro chino (Velasco) en su rollo autoritario antipartidos.
Con el tiempo, se vio que muchos de esos políticos “independientes” eran en realidad políticos comprados por lo bajo, financiados y aceitados. Es cierto que muchos partidos (y medios) tradicionales se sometieron al poder de turno, pero también hubo claras excepciones que resistieron el embate. En cambio, por el lado de los nuevos políticos “independientes”, absolutamente todos se vendieron al peso.
La lógica era simple. Logística y económicamente, es más fácil y barato comprar a una sola persona que a todo un partido con facciones y pugnas internas. Eso aplica también a los nuevos medios, como hemos visto recientemente. Sobre todo cuando el equipo es minúsculo y una sola persona se encarga de editar un reportaje con la misma mano con que cobra el Patreon.
Hoy, y pese a la crisis, aún sobreviven los viejos partidos políticos. No son los más votados ni los que encabezan las encuestas, pero son los que tienen menos escándalos y mayor marca de recordación. Sus políticos son los que más fiscalizan y los que hacen las mejores leyes. También son los que siempre son entrevistados en la TV, quizás porque simplemente se expresan mejor y tienen mucho más que decir. Lo mismo aplica para los medios tradicionales.
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