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La Guerra del Pacífico y cómo Bolivia perdió su salida al mar
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La primera discusión mediática de 2022 sobre una salida al mar para Bolivia fue puesta sobre la mesa esta semana. Y llegó a través de las palabras del presidente Pedro Castillo en una entrevista que brindó al periodista de CNN Fernando del Rincón. Su propuesta era consultar a los peruanos vía referéndum si estarían de acuerdo con tal despropósito, algo que despertó críticas y descontento popular, pero que no ha sido acompañado de una reflexión ni evocación sobre por qué y cómo el país vecino perdió sus costas en la Guerra con Chile. ¿Qué sucedió con Bolivia y cómo actuó con el Perú hace casi 150 años?
La historia de cómo Bolivia perdió su salida al mar se remonta a la Guerra del Pacífico o Guerra con Chile, que involucró al Perú y se desarrolló entre 1879 y 1883.
Existen varios factores a considerar sobre la forma como se desarrolló el conflicto bélico, como el salitre peruano y boliviano que era pretendido por Chile o la alianza de defensa que habían acordado Perú y Bolivia con la intención de asegurar la posesión y explotación del salitre contra el tercer país vecino. Sin embargo, el elemento que gatilló la guerra y que dejó a Bolivia sin salida al mar fue el hecho de que este país incumpliera un tratado con Chile.
Este acuerdo fue el tratado de límites territoriales que suscribieron Bolivia y Chile en 1874 y tomó lugar años después de que ambos países y el Perú expulsaran a España del Pacífico Sur. Ese año, los dos países vecinos acordaron, entre otras cosas, que Chile renunciaría a cobrar parte de unos impuestos que podría haberle cobrado a Bolivia en un territorio en disputa, en tanto que el país altiplánico aceptó que no aumentaría los impuestos a las empresas chilenas. Sin embargo, en 1878, Bolivia estableció un impuesto de 10 centavos para el salitre a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, de origen chileno.
Así fue como la medida transgredió el tratado de 1874. Tras el anuncio, la empresa se negó a pagar el impuesto y en febrero de 1879 el gobierno boliviano anunció que embargaría y liquidaría los bienes de la empresa bajo el pretexto de cobrar así los impuestos del año anterior, y lo hizo a pesar de que el gobierno chileno había advertido que el cobro del impuesto significaría la anulación del tratado. Y ese fue el fin del tratado.
El historiador y profesor del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Carlos Contreras, cuenta que por esos años el Perú ya contaba con el estanco del salitre, creado en 1873. Ello implicaba que este recurso solo podía ser comercializado por el Estado, pues el fin era que fuese monopolizado y reemplazara al guano como fuente de ingresos, debido a que su explotación y exportación ya estaba en decadencia.
“Bolivia fue la que inició la guerra con la imposición de esos 10 centavos a la exportación de cada quintal de salitre que saliera de su territorio. Por eso también le llaman la guerra de los 10 centavos a la Guerra del Pacífico. Y parece que Hilarión Daza lo hizo porque se sintió envalentonado con el tratado de la alianza”, relata.
El historiador Jesús Cosamalón explica que el Perú buscó mediar entre las partes por medio de una misión diplomática liderada por José Antonio de Lavalle, que según afirmó siempre, no sabía del acuerdo entre Perú y Bolivia.
“Entonces, en la mesa de negociaciones la diplomacia chilena le mostró el tratado y le pidió al Perú que se declare neutral y rechazó el papel del Perú como mediador porque tenía ese tratado. Chile dio un ultimátum o si no, se implicaría al Perú”, comenta el historiador.
Fue así como las negociaciones no llegaron a buen puerto y, el 5 de abril de 1979, Chile declaró oficialmente la Guerra a los dos países.
La gran decepción
Desde ese momento hubo varios enfrentamientos de la alianza contra las fuerzas chilenas para evitar la toma de Tarapacá y Arica. Si bien es cierto que hubo resistencia boliviana, hubo un momento en el que el hoy país altiplánico abandonó al Perú en la guerra.
“Los soldados bolivianos participaron en la Batalla del Alto de la Alianza (Tacna) y en la de Tarapacá, pero es cierto que no llegó el contingente boliviano más importante a (la batalla de) Tarapacá y eso se conoce como la decepción de Daza, que algunos llaman incluso la traición de Daza”, explica Contreras, en alusión al expresidente de ese país, Hilarión Daza.
La tesis más benévola sobre el abandono de Bolivia al Perú en San Francisco es que a medio camino, los soldados se rebelaron a Daza, su presidente, al no tener buen equipamiento, y el mandatario habría cedido.
La otra tesis es que Daza había conversado con oficiales chilenos días antes de la batalla. “Se dice que lo vieron en extrañas conversaciones y que lo compraron, y que habría sido una traición. Pero como él murió poco después producto de la violencia política en Bolivia, el motivo por el que Daza no llegó a la batalla de San Francisco no se ha podido saber y quedará como uno de los enigmas de la historia”, cuenta Contreras.
A pesar de ello, luego de la batalla de San Francisco, el Perú recibió apoyo militar de Bolivia, pero fue con el sucesor de Daza, Narciso Campero Leyes. Aun así, el curso de la guerra no pudo revertirse. Su desenlace es hoy ampliamente conocido,con los territorios salitreros de ambos países arrebatados; con Bolivia quedando sin salida al mar y el Perú perdiendo Arica y Tacna, la primera permanentemente y la segunda hasta 1929, gracias al Tratado de Ancón.
TENGA EN CUENTA:
En 1975, el expresidente boliviano Hugo Banzer negoció una salida al mar con el dictador Augusto Pinochet. Contreras comenta que el chileno accedió y le propuso esto al gobierno de Francisco Morales Bermúdez, pues implicaba el uso de una franja de territorio que había sido peruano y que no podía disponerse sin que ello fuera consultado antes con el Perú porque así lo establecía el Tratado de Ancón (1929).
El Gobierno de Morales Bermúdez propuso crear una especie de corredor de uso compartido para los tres países, pero la iniciativa fue rechazada por Pinochet.
Cosamalón comenta que otro caso es el de Boliviamar, un espacio de más de 5 km de playa en Ilo (Moquegua) que Alberto Fujimori cedió a Bolivia temporalmente en 1992.
“Fujimori cedió 5 km de costa a Bolivia y esto fue ratificado por Alan García en 2010. Lo que dijo Castillo ya ha ocurrido. El Perú le cedió a Bolivia un territorio por 99 años, renovables (…). Es para uso turístico o comercial”, comenta Cosamalón.
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