Si nos guiamos por la encuesta de Ipsos, publicada en este diario el domingo 27 de octubre de 2024, los primeros lugares eran ocupados por Keiko Fujimori (12%), Antauro Humala (8%), Carlos Álvarez (4%) y Francisco Sagasti (4%). Luego, venía un pelotón que fluctuaba alrededor del margen de error, pero con nombres ciertamente atendibles, sobre todo considerando que aún estamos a 18 meses de las elecciones presidenciales.
El primer beneficiado con la salida del etnocacerista podría ser Carlos Álvarez, no tanto por su ubicación, sino porque ha sabido posicionarse como un activista contra la inseguridad ciudadana. Aunque, para convencer del todo, necesitará un jale que conozca el tema en profundidad. Como revela la misma encuesta, la delincuencia (25%) es percibida como el principal problema que afecta a los peruanos. Le sigue la corrupción (19%) y en quinto lugar aparece el abuso de las autoridades (7%). Tres problemas relacionados entre sí que podrían aterrizarse en una campaña dentro de una cruzada contra la delincuencia en el sentido más amplio de la palabra.
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Otros precandidatos que podrían subirse al patrullero de la seguridad ciudadana son Rafael López Aliaga (3%), Rafael Belaunde (2%) y Phillip Butters (2%), pero también Roberto Chiabra y otros personajes que aún no aparecen en las encuestas. La tabla es ilustrativa: un 45% votaría por “un líder fuerte, dispuesto a actuar con mano dura para poner orden”.
Y si abrimos la cancha a los más de 60 partidos que podrían estar aptos para postular en 2026, hay varios representantes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas: la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea.
RADICALES LIBRES
Los infames Consejos de Ministros Descentralizados del ex primer ministro castillista Aníbal Torres dejaron un hilo rojo en las 18 regiones donde se llevaron a cabo. A su paso, el financiamiento económico y el aparato político dejaron escuela y secuelas. Luego, esa red fue usada en las protestas y sucesivas tomas de Lima.
Han pasado meses, pero la red está ahí, en todo su caos y radicalismo, yéndose ahora por la libre y con la agenda de 2026 en la mira.
En Ica está el abogado puneño Julio Carbajal Palomino, dirigente del Frentagri (Frente de Trabajadores Agrícolas). También está Fernando Salas Tapia, ingeniero ligado al partido político Perú Te Quiero. En 2022 postuló al GORE Puno con la agrupación Partido Frente de la Esperanza. Salas es de madre aimara y padre quechua.
También en Ica está el Frente de Defensa de los Trabajadores de la Agroexportación, relacionado con la minería ilegal. Entre los nombres vinculados al gremio está Juan Gonzales Loayza, miembro del ala radical de Perú Libre. Muy cercana a una ONG de la zona, la CODHE-ICA (Comisión de Derechos Humanos de Ica), está también Ana María Jove.
En Ayacucho hay nombres, como los que orbitan alrededor del Fredepa (Frente de Defensa del Pueblo Ayacuchano): Piero Giles Gamboa, Estefany Alanya Chumbes (vicepresidenta), Alejandro Manay Pillaca (secretario), Álex Gómez Falcón, Yulisa Gómez Ayala, Fernando Quinto Cuba y un largo etcétera. Algunos de ellos, por ejemplo, fueron detenidos junto con la camarada ‘Cusi’, menos conocida como Rocío Leandro Melgar.
En Puno destacan figuras como Félix Suasaca, presidente del Frente de Defensa Unificado, y Lucio Ccallo Ccallata del CNUL (Comando Nacional Unitario de Lucha), dirigente del Fenatep con orígenes en el Movadef.
En Apurímac es notoria la presencia del profesor Mauro Concha, del programa radial La hora sindical. Cercano a Castillo, por cierto.
Y en Arequipa hay dirigentes como Jorge del Carpio, Felipe Domínguez, Élmer Arenas y Jerónimo López. Ellos se mueven en torno a la CGTP, Construcción Civil y el Frente de Defensa e Integración del Cono Norte.
Pero, si le hacemos caso al boca a boca, alrededor de lo que queda de Perú Libre habría más de una figura dispuesta a retomar esas banderas y llenar el vacío que deja Antauro. Desde los precandidatos Guido Bellido (Pueblo Consciente) y Guillermo Bermejo (Voces del Pueblo) hasta el abogado Aníbal Torres.
Otro rostro de la periferia es el exsacerdote rojo Luis Bazalar, hoy militante del Partido Demócrata Verde.
LA DERECHA ANTAURISTA
Algunos políticos han criticado la sentencia del Poder Judicial que declara ilegal al partido A.N.T.A.U.R.O. Fernán Altuve, militante de Avanza País, ha declarado en el programa Combutters que “al señor Antauro hay que ganarle en la cancha, hay que ganarle en las ánforas”. Acotó que “la medida lo victimiza y lo puede volver ganador”. “Hay que ganar las elecciones, pero no a punta de trampa”, concluyó el abogado. Altuve, además, se mostró optimista. “No lo veo ganador en un sistema transparente”.
Su interlocutor Phillip Butters, también militante de Avanza País, opinó en la misma línea. “Para mí no es el cuco, para mí no es invencible, para mí hay que enfrentarlo”, dijo.
Como sugieren, el bolsón de votos antisistema percolará hacia otro candidato, y el propio Antauro meterá una bancada significativa. Pero lo mismo podría decirse de otros impedidos de postular, como Martín Vizcarra, Pedro Castillo y, en su momento, Alberto Fujimori. Si vamos a obviar la legalidad con argumentos de legitimidad política en un caso, habría que hacerlo en todos los escenarios.
Queda claro que, hoy por hoy, quienes más extrañan a Antauro Humala no son los izquierdistas, sino algunos miembros de la derecha que buscaban polarizar con él.
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