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La vuelta del Senado: la esperanza para no aprobar malas leyes
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La Comisión de Constitución tiene planeado continuar mañana el análisis y debate sobre el retorno de la bicameralidad. Un sistema que permitiría mejorar la calidad legislativa, según indican los distintos proyectos presentados a través de los años y diversos constitucionalistas y expertos que han acudido al grupo de trabajo presido por Omar Chehade (APP), quien planea aprobar que el Senado arranque en el 2023.
La reforma, que se debate en el Congreso, implica la modificación de 65 artículos de la Constitución y la inclusión de otros 11 que determinarán las funciones de legislación, fiscalización y control político de la Cámara de Diputados y de la Cámara Alta o de Senadores.
En el caso del Senado, su rol más importante será convertirse en la última instancia para la aprobación de leyes en el Congreso, una función que contribuiría a la mejor calidad de la legislación, o, al menos, para que las normas tengan una etapa adicional de reflexión. No como ahora, que son exoneradas incluso de la doble votación.
El exsenador Raúl Ferrero Costa expresó a Perú21 que la bicameralidad “es mejor porque es un sistema más completo y tiene mejor representatividad. Las leyes son de mejor calidad porque hay más meditación sobre el trabajo de los diputados”.
Como ejemplo, el constitucionalista señaló que en los años 80 se buscó aprobar un proyecto de ley de estatización de la banca. “En el interregno que pasaba de la Cámara Baja a la Alta, la opinión pública podía intervenir; por eso la llamo la tercera cámara. En ese caso, cuando fui decano del CAL, expliqué las inconsistencias de la norma y felizmente se pudo revertir”, recordó.
Con la misma experiencia opina el exsenador Miguel Vega Alvear, quien agrega que el Senado es “indispensable para la unidad del país, pues su tarea era legislar pensando en una nación integrada y no en función de intereses de regiones o de personas”.
El expresidente del TC, Víctor García Toma, señala que la bicameralidad tiene entre sus ventajas que el Senado se convierte en un control intra-órgano, que evita una Cámara Baja intransigente o complaciente y, además, le quita el peso a la observación presidencial y a las sentencias de inconstitucionalidad del TC porque se emitirán mejores leyes. “Es la reforma política institucional más importante de los últimos años”, subrayó.
Por su lado, la exintegrante de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, Milagros Campos, sostuvo que si bien la bicameralidad mejora la deliberación y la representación, la calidad de la legislación “requiere de una reforma más profunda, más integral”.
Para ello, Campos considera que el dictamen que se debate en el Congreso debería contemplar la incorporación de una asesoría especializada en el Parlamento (para ambas cámaras) y grupos técnicos para emitir mejores normas.
LOS TEMAS EN DISPUTA
Pese a las bondades de la institución del Senado, hay temas que han generado divisiones, como la cantidad de miembros. El predictamen que se discute en Constitución propone que sean 60.
“Se debe considerar la proporción. El Congreso disuelto por Alberto Fujimori estaba formado por 180 diputados y 60 senadores; es decir, el Senado era un 1/3 de la Cámara Baja”, indicó Vega Alvear.
En tanto, Ferrero Costa considera que aunque la cifra propuesta es adecuada, no es un tema tan trascendente siempre que se determinen las funciones de las dos cámaras.
Martha Chávez, integrante de Constitución, cuestiona el costo que significará para el Estado. Pero Ferrero Costa recuerda que “el Congreso bicameral no costaba más que el que sustituyó Fujimori”. En el mismo sentido opina García Toma, quien sostiene que no se trata de gasto sino de hacer una inversión para tener un mejor Parlamento.
Un aspecto que también genera divisiones es la fecha de inicio: La bicameralidad debe ser instaurada desde el 2023 o desde el 2026, con las siguientes elecciones generales. Si fuese el 23, los peruanos tendríamos que elegir a los senadores en las elecciones regionales y municipales de 2022. Esta opción dejaría la puerta abierta para que los actuales integrantes del Legislativo vuelvan a postular dentro de dos años.
Pero también hay divergencia, incluso dentro de los propios miembros de la comisión, respecto de si debe ser este o el próximo Congreso el que debata y apruebe la reforma. “El dictamen no tiene que aprobarse en esta legislatura. Mientras más se reflexionen y debatan los temas, generarán mayor consenso y normas más estables”, declaró Campos.
Tomando en cuenta la cantidad de artículos de la Constitución que serán modificados, Vega Alvear dijo que la bicameralidad no debería ser aprobada “de manera precipitada. Tiene que haber meditación y consultar a expertos. Tenemos que ser prudentes”, advirtió.
Ferrero Costa consideró que el retorno no es apresurado porque se ha consultado a diversos expertos en la Comisión de Constitución. De igual manera se expresó García Toma, quien aseguró que desde el día siguiente del cierre del Congreso, su retorno fue respaldado por diversos estudios y la opinión de académicos. El debate da para rato y para la reflexión.
DATOS:
- El presidente de la Comisión de Constitución, Omar Chehade, ha propuesto que el dictamen de bicameralidad sea aprobado en esta legislatura y luego ratificada el próximo año por tratarse de reformas constitucionales.
- Según el predictamen, las reformas que se aprueben, entrarán en vigor desde el 1 de enero de 2023 con la instalación del Senado.
- Asimismo, se ordena que, por única vez, los 130 congresistas que serán elegidos en abril de 2021, conformarán la Cámara de Diputados el 1 de enero de 2023.
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