Solo horas después de que un furibundo ministro del Interior acusara en una actividad oficial que advertía una campaña “que pretende hacer creer que más son los policías malos que buenos”, se conocía que dos agentes fueron detenidos por presuntamente robarle a su propio colega, a su compañero, al suboficial Pedro Baltazar Sánchez, el valeroso efectivo herido de un balazo en la cara tras frustrar el asalto a un cambista en San Borja.
Hay más policías buenos que malos, es verdad, pero no deja de ser cierto que estos indignantes hechos golpean la imagen de una institución que en los últimos días vio a otro de sus miembros envuelto en un execrable feminicidio.
AL ‘CABALLAZO’. Mineros informales e ilegales se salieron con la suya, y el Pleno del Congreso aprobó ampliar hasta por un año el Reinfo. El presidente del gremio de los mineros informales les dio un mensaje amenazante para que den la luz verde a la prórroga, y le hicieron caso.
Los suboficiales de tercera Emerson Huamaní Tardeo y Christopher Mena Murriet son acusados de quitarle 800 soles y el celular al héroe policial mientras este era trasladado ensangrentado a una clínica para ser atendido. El enemigo parece estar en casa.
Según denunció uno de los familiares de Baltazar, cuando pidió que se le entregaran las pertenencias del suboficial advirtió que faltaba dinero en la billetera.
Mientras, la Primera Fiscalía Penal de San Borja realiza diligencias preliminares contra estos dos malos agentes detenidos y se ha dispuesto recabar las declaraciones necesarias, los videos de cámaras de seguridad que registraron los hechos y efectuar otros actos de investigación para esclarecer lo sucedido.
“Si se confirma su responsabilidad, serán encarcelados y expulsados de la Policía Nacional sin honores”, dijo ayer Juan José Santiváñez.
URGE CAMBIAR LEY
El mal accionar de estos dos suboficiales hace que la gente pierda la confianza en su Policía, advierte el general José Baella. “Este hecho causa vergüenza e indignación y lógicamente afecta mucho la imagen de la institución”, señala.
Para el exjefe de la Dircote se debe cambiar la actual ley de régimen disciplinario, pues es demasiado garantista y proteccionista e impide que un policía detenido en flagrancia sea expulsado inmediatamente de la institución, pues el proceso sancionador puede demorar hasta dos años.
“Se tiene que cumplir plazos de reconsideración, acciones administrativas y hasta los abogados de los policías investigados dilatan la investigación buscando que el caso prescriba”, explicó Baella a Perú21TV.
“Los policías que cruzan la línea del bien son delincuentes, han traicionado a todos los peruanos, a la institución, y a sus familias y no deben seguir ni un minuto más a la Policía”, finalizó.
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