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Mario Ghibellini: “Me parece un Congreso realmente deplorable”
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Se define como un cultor del liberalismo clásico radical; “esto es, de raíz”, nos precisa. Mario Ghibellini habla claro y, con aguda ironía, pone sobre la mesa las debilidades del gobierno de Martín Vizcarra y del Legislativo, que –dice– tiene muchas de las viejas taras del Parlamento disuelto y, cómo no, también estrena algunas propias.
Había mucha expectativa de este Congreso. ¿Cuál es su balance sobre la gestión en esta primera legislatura? ¿De qué nos ha servido?
Mi balance es muy malo. Lo único que este Congreso ha aportado es el retorno de la posibilidad del equilibrio de poderes que había quedado suprimido con el cierre del Congreso que ordenó Vizcarra, pero es solamente la posibilidad; que esté ejerciendo el equilibrio de poderes es un asunto que está por verse. Es un Congreso muy malo, me atrevo a decir que es peor que el anterior, que ya estaba en la selección de los peores congresos que se hayan tenido en el Perú. Lo que esto demuestra es que siempre se puede descender un escalón más en esa graduación, en ese ranking.
Adolece de las mismas taras del Congreso anterior.
Muchas de ellas. Acá hay muchas nuevas y seguramente algunas de las antiguas no reaparecerán, pero cuando veo qué cosas están pasando: hay problemas con la inmunidad, acusaciones de blindaje a Chávarry, interpelaciones que parecen ser obstruccionistas, yo digo: ‘Ah, están penando’. Parece que estuviésemos describiendo al Congreso anterior. Siempre ha habido iniciativas populistas en el peor de los sentidos en los congresos, pero este de aquí ha hecho en una legislatura lo que ninguno. Ha suspendido pago de peajes violando contratos, se ha metido con los fondos de las AFP sin solucionar ningún problema –sino es dar la idea de que se enfrentaba a los poderosos, a los ricos, lo que siempre enciende las tribunas en los coliseos–; además, está el asunto del control de precios por las normas contra especulación y acaparamiento; me parece un Congreso realmente deplorable.
Tratándose de un Parlamento con mucha dispersión, con nueve bancadas, ¿era previsible? ¿En dónde recae la responsabilidad por este populismo, por este darle la espalda a la población en materia de transparencia, de reforma política?
Era previsible, porque no solo hablamos de nueve bancadas sino que dentro de ellas cada uno vota como le parece. (…) Esto era previsible desde que se disolvió el Congreso anterior por las circunstancias políticas, por el tiempo que le quedaba al nuevo Congreso para ser elegido. La gente que aspiraría a él, en la medida que no podría postular a la reelección ni podrá hacerlo en 2021, iba a tener las características que estamos viendo. Entonces, la responsabilidad la tiene Vizcarra por haber disuelto el Congreso. El Tribunal Constitucional (TC) le ha dicho que fue constitucional, y eso quiere decir que la disputa legal ha acabado, no la discusión política. Yo sigo pensando que esa disolución del Congreso, so pretexto de la negación fáctica de la confianza, no fue constitucional y las consecuencias políticas las estamos viendo aquí. Eso fue de una tremenda frivolidad; fue, entiendo yo, en busca de aprobación y popularidad, que es lo único que explica qué hace el gobierno; también en el contexto de la pandemia. Sin embargo, detrás de esto, más responsable es Kuczynski, que fue el que lo llevó de vicepresidente. (...) Él, y Keiko desde luego, que no supieron entenderse y hacer un gobierno serio desde el Ejecutivo y el Legislativo en el momento que eso debía ocurrir. Generar un solo responsable es difícil, pero algunos saltan a la vista y son los que he mencionado.
¿Cómo ve la respuesta del Ejecutivo al Congreso frente a propuestas como la devolución de los aportes a la ONPE, el congelamiento de deudas o el freno de la reforma política?
La respuesta del Ejecutivo la veo errática. En algunos casos, como el de los peajes, ha decidido ir hasta el fondo y ha presentado una demanda ante el TC, pero en otros, como el retiro de hasta 25% de los fondos de las AFP, dijo que no le parecía, pero una vez que el Congreso aprobó la ley, no la observó porque no quería salir en la foto como quien se opone a esta “reivindicación popular”. En otros casos compite en populismo con el Congreso, como en la amenaza a las clínicas o las cosas que dijo de las AFP. Vizcarra lo que quiere es lucir tan justiciero como el otro poder y, entonces, se mueve de acuerdo a lo que el clima le sugiere esa mañana; no veo una respuesta consistente.
¿A qué atribuye ese comportamiento?
Yo también me lo he preguntado y he llegado a dos hipótesis: una es que está trabajando para un futuro, que no se materializa en 2021, sino en 2026. Tú dejas una buena imagen y, cuando quieras regresar, esa imagen está en la memoria de los votantes. Y otra, y esto no vale solamente para Vizcarra, sino también para los congresistas que están sentados hoy en el hemiciclo, es que son populistas. Creo que existe una gratificación inmediata en quien está en una posición de poder y ha llegado a ella a través del voto. Es decir, ‘me gusta ser popular en este momento, no importa para qué, esto es agradable aquí y ahora lo quiero vivir y quiero sostenerlo mientras sea posible’. Es una especie de reacción inmediatista. Es la hipótesis a la que he llegado y que es muy frívola, por cierto.
Estamos ya en un año preelectoral. ¿Cuál es el riesgo que enfrentamos en las próximas elecciones en un contexto de pandemia? Será una campaña totalmente distinta…
No sé cómo va a ser la campaña, porque mítines no creo que haya, la publicidad en televisión está muy restringida. Las redes, imagino, serán el mecanismo a través del cual los planes y propagandas se difundirán. (…) Aparte de eso, va a ser una campaña plagada de populismo, de ofertas, de soluciones milagrosas porque la gente quiere escuchar eso, que mañana da la vuelta a la esquina y que todos estamos bestial. Eso no puede ocurrir, pero en la historia del mundo quienes hacen esa oferta tienen seguidores. Hay gente que no quiere hacer su tarea y no quiere pensar y dice: ‘Si controlamos los precios, los precios no van a subir’. La verdad es otra, pero, por el momento, apuestan a ese caballo y en una carrera de caballos siempre va a ganar un caballo.
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En una situación de crisis económica, los aportes para el financiamiento de los partidos se podrían ver mermados. ¿Cree que subsiste el riesgo de filtración de dinero de fuentes ilícitas como la minería ilegal, el contrabando o el narcotráfico?
Sin duda. El famoso dicho ‘hecha la ley, hecha la trampa’ va a encontrar también un camino en este caso. De las fuentes que menciona seguramente llegará dinero y se buscará la manera de hacerlo lucir como legal. Vamos a ver qué impacto tiene. No será dinero que se traduzca en publicidad porque va a estar restringida, pero los políticos siempre encuentran utilidad para el dinero que les dan sus aportantes.
Las encuestas dan cuenta de algunas preferencias electorales y ubican en los primeros lugares a Salvador del Solar, George Forsyth y Daniel Urresti. ¿Es prematuro dar nombres? ¿Cómo ve el panorama?
Como se ve siempre a esta distancia del día de las elecciones. Sacar conclusiones o apresurar resultados a partir de lo que indican los sondeos no tiene mucho sentido; lo que indican es cómo votaría la gente si las elecciones fueran hoy día, pero no lo son. No voy a decir la tontería esa de que las encuestas son una fotografía del momento porque todas las fotografías son del momento, nunca he visto una fotografía del futuro. George Forsyth y Salvador del Solar son jóvenes, han tenido figuración en actividades distintas a la política pero no tienen un mensaje que realmente los defina ideológicamente.
¿Pintan como líderes? ¿Hay algún liderazgo en la oposición?
No hay una oposición realmente consolidada y si no la hay, menos hay líderes. A estos que menciona no los veo como líderes. Hay muchas diferencias entre Del Solar y Forsyth, pero en lo que se parecen es que ninguno de los dos encarna un liderazgo y que los dos están tratando de dar la idea de que no están metidos en la carrera electoral, lo que es un clásico de los que quieren postular. Creo que Salvador es más reflexivo y, en esa medida, pensará muy bien si se mete o no en esta olla de grillos, pero no tiene un mensaje. ‘No nos podemos seguir riendo de la paisana Jacinta’ no es un mensaje para ganar las elecciones.
¿Y en el caso de Urresti?
Él trata de desmarcarse de lo que su grupo representa, lo consigue a medias, y una forma es gritando fuerte sobre otros asuntos. No sé si habrá puesto plata alguna vez en las AFP pero igual grita ‘devuélvanme mi plata’ (…). Creo que va a tener un espacio, pero pienso que de aquí a abril se va a despintar; no todo lo que merecería, pero se va a despintar y me parece –aunque es una especulación de cómo se ve el futuro desde donde estamos parados hoy– que no va a ser una carta tan fuerte como la que él mismo cree.
Falta poco para el mensaje por Fiestas Patrias pero es una coyuntura distinta. Antes había expectativa sobre lo que se anunciaría; hoy estamos acostumbrados a escuchar al presidente, primero todos los días y luego un poco más espaciado. ¿Qué es lo que advierte para 28 de julio?
En la medida que es el último mensaje de Vizcarra como presidente por Fiestas Patrias, va a ser, sobre todo, un recuento más de sus presuntos logros en la presidencia; eso es lo que nos va a despachar el 28 de julio. No creo que diga muchas cosas de cómo va a cambiar el país en el año que le queda de gobierno. Va a ser una retrospectiva, una especie de épica de su gestión de gobierno; recordará seguramente la reforma política y la de la justicia, (…) que se han quedado en algunas medidas truncas, recordará el cierre del Congreso, dirá que la cuarentena se dictó rápido y que habría sido peor sin ella, eso es lo que yo espero, pero no creo que vaya a hablar de la señora Mirian Morales, de Richard Swing o que vaya a referir por qué tuvo dos veces como ministro de Transportes a su amigo Edmer Trujillo con los problemas que tenía por el hospital de Moquegua; de esas cosas no creo que hable, aunque sería lo deseable.
DATOS:
- Mario Ghibellini Harten es periodista. Estudió Lingüística y Literatura y tiene varios cuentos publicados. Es, además, coautor de El Otro Sendero junto con Hernando de Soto y Enrique Ghersi.
- Se define como un cultor del liberalismo clásico radical y un “devoto beatlemaníaco”.
- Señala que lo que ocurre actualmente en el Parlamento era previsible y agrega que la responsabilidad recae en Vizcarra por haber disuelto el Parlamento.
- “Ese acto no fue constitucional y las consecuencias las estamos viendo”, indica.
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