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Matilde Caplansky: “Esto no es un gobierno, es Alí Babá y los 40 ladrones”
Matilde Ureta de Caplansky es una referente del psicoanálisis en nuestro país. En esta entrevista, llevamos al Perú a un diván para intentar entender hacia dónde va nuestra sociedad en esta terrible coyuntura de corrupción.
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Matilde Ureta de Caplansky es una referente del psicoanálisis en nuestro país. En esta entrevista, llevamos al Perú a un diván para intentar entender hacia dónde va nuestra sociedad en esta terrible coyuntura de corrupción.
¿Cómo analiza la reacción de la sociedad peruana después de conocer los hechos delictivos protagonizados por este gobierno?
Tendríamos que aclarar a qué sociedad peruana nos referimos porque el conjunto de habitantes de Chota es un grupo humano. Si usted habla de un grupo de habitantes de la ciudad de Cusco, es otro; si habla de Arequipa, es otro; si habla de Lima, es otro. Eso quiere decir que la polivalencia de ciudadanos y de actitudes, que han permitido que Castillo llegue a la presidencia, hace que estemos muy desorientados. Dígame, ¿quién puede trabajar mínimamente si en los meses que llevamos de este gobierno hay 70 y un poco más cambios de ministros?
Le diría que los periodistas y sobre todo los de investigación.
Y los psicoanalistas. Pero qué decir de un ministerio o un hospital o cualquier entidad donde se tenga que hacer trámites. El aparato gubernamental, la gestión de gobernar, tiene que ser hecha con una cierta estabilidad y continuidad. El hecho de que cambien permanentemente de gente hace que eso no exista. De entrada, el panorama es muy inadecuado, muy inestable y propenso a las peores barbaridades. Esto no es un país, esto no es un gobierno, esto es un cuento. Esto es Alí Babá y los 40 ladrones.
¿Identifica un sector que minimiza los actos de corrupción?
Una anécdota ilustra lo que quiero decir. Veía hace cinco días la famosa foto de la procesión del Señor de los Milagros y me conmovió. Dije ‘qué bueno’, porque sentí fervor. Deseé que ese fervor que sentía, a través de la foto, fuera verdad, que fuera cierto. Pensé que con el fervor los peruanos nos podíamos unir y tener algo de esperanza porque sin esperanza no podemos ser un país ni nada. No estoy hablando de un tema religioso exclusivamente, hablo de una esperanza de poder vivir. Yo pienso que estos Alí Babá y sus 40 ladrones no tienen ni siquiera fervor por la patria. Solamente lo veo por el Señor de los Milagros y con el fútbol.
El fútbol sí une a los peruanos, la política no.
Es la única vez que yo he registrado grupalmente a los peruanos cohesionados y gritábamos y cantábamos y luchábamos. Todo el resto del tiempo, no.
¿Cómo ve al Perú en el futuro inmediato?
Dios mío, mi querido amigo. Es como con la pandemia: hay esperar que salga la otra vacuna.
El amigo de Pedro Castillo Alejandro Sánchez, dueño de la casa de Sarratea, figuraba como fallecido en el Reniec. ¿Qué puede pasar por la cabeza de una persona para jugar con la figura de la ‘muerte’ en este contexto?
Qué barbaridad, es inmoralidad, es muy sádico y, además, es una burla. Creen que somos idiotas. Creen a los ciudadanos débiles mentales, pobres débiles mentales que no tienen la culpa.
En el Congreso no se ve mucha voluntad por acelerar la denuncia constitucional presentada por la fiscal de la Nación, y un buen porcentaje de peruanos rechaza esta actitud del Parlamento. ¿A qué se debe esa pasividad?
Me imagino que tienen muchos compromisos. Si yo no tengo compromiso con nadie, salgo a gritar y a reclamar. Digo lo que siento y lo que creo cuando tengo compromiso conmigo mismo y con mi patria. Yo no tengo el alma vendida a ningún diablo ni a ningún ladrón ni a Alí Babá tampoco.
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¿Ve posible la consolidación de una nueva generación de policías y fiscales que luchen contra la corrupción?
Los van a callar. No los van a dejar a actuar. Basta una manzana podrida para que se pudra todo lo que hay en la canasta. Y usted me dirá que soy muy pesimista, pero espero que me equivoque y sigan luchando los buenos ciudadanos para dar la batalla y ayudar a esos poquitos policías que tratan de hacer algo. Pero donde usted mira, hay basura, hay corrupción porque es la estructura la que está corrupta.
TENGA EN CUENTA
Matilde Ureta de Caplansky nació en Valdivia, Chile. Estudió Psicología, psicoterapia y psicoanálisis. Realizó una parte de su carrera en París, en La Sorbona, y terminó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es miembro con función didáctica en la Sociedad Peruana de Psicoanálisis (SPP). ¿Considera que las naciones tienen a los gobernantes que se merecen? “No, eso no es cierto. Por favor, los peruanos somos mejor que eso, pero hemos tenido mucha mala suerte”, responde Caplansky.
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