Tras su paso por la ONU, García Toma habla con Perú21.
¿Cómo quedó su relación con el gobierno?
A mí me formularon la invitación en un contexto muy concreto. El país estaba amenazado por una asonada política que se había gestado desde el gobierno anterior, incitando al odio y a la lucha de clases. Y hay una campaña en contra muy fuerte de países adscritos al socialismo del siglo XXI. Ante esa situación, el presidente del Consejo de Ministros de entonces, Alberto Otárola, de quien soy amigo, decidió crear un equipo de defensa en el exterior. Convenció a Walter Gutiérrez, Gustavo Adrianzén, González-Olaechea y a mí. Se propuso la candidatura de Borea. Luego llegarían Sardón, Jiménez, Hakansson. Esa fue la estrategia. Y creo que tuvo éxito. Hoy, afuera, no se duda de que no ha habido un golpe de Estado parlamentario. Tampoco se duda de que la sucesión constitucional se hizo con conformidad con los cánones que establece la Constitución. Y hay una investigación en ciernes del Ministerio Público que le resulta desfavorable al gobierno y que hay que respetar.
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¿La narrativa acá se perdió?
Lo que nunca ha habido claramente es un liderazgo. Nunca ha habido un plan. Digamos, un mínimo de cosas que se pueden hacer en el corto plazo. La mayoría de los ministros que han conformado estos gabinetes carecen de las dotes de formación política de Otárola. Más allá de sus escapadas nocturnas, de día hacía las cosas muy bien.
Otárola concentraba el poder, Adrianzén lo reparte.
Yo soy amigo de Gustavo, pero pienso que, sin querer queriendo, se ha convertido en el abogado defensor de los asuntos judiciales de la presidenta. Y se ha convertido en el escudero de todos los ministros que meten la pata. Y en el caso de algunos ministros, es mejor el silencio, que se defiendan solos y se caigan solos, porque hay cosas indefendibles. Como las declaraciones del ministro de Agricultura o las de Comercio Exterior y Turismo sobre la carne de burro.
¿Qué cambios se avizoran? Adrianzén se queda.
Pienso que van a renovarle la confianza a Adrianzén. Pero hay algunos ministros que ya están pidiendo cambio hace rato. Gustavo Adrianzén tiene dos aspectos positivos en función de este gobierno. Primero, que no ha abandonado su perfil de abogado. Y lo segundo, que ha generado un mecanismo peculiar pero mecanismo al fin y al cabo de concertación entre los ministerios. Ahora se ve una acción colectiva de defensa entre unos y otros, comandados por Adrianzén. Eso no es malo, pero hay algunas defensas que es mejor no hacer, porque le hacen daño al gobierno. Un presidente con más decisión habría solicitado inmediatamente la salida de algunos de ellos.
¿Qué pensó del abrazo del oso entre el ministro del Interior y la presidenta?
Resulta poco creíble sostener que no es su voz (la del audio difundido). Y sostener de que cualquier cosa vale con tal de colocarse un fajín desacredita éticamente al ministro. Ahora, esas grabaciones tienen un libretista. El sainete que se ha armado con el supuesto secuestro demuestra que el objetivo de parte del Ministerio Público no es develar la verdad ni investigar para la persecución del delito, sino que tiene fines y móviles políticos, ideológicos. La Fiscalía tiene una crisis de varios años. Cada vez se nota más la mediocridad de sus integrantes. Los casos más emblemáticos están en dos personas que no han podido aprobar exámenes de suficiencia. Les gusta el excesivo protagonismo. Y se han dedicado a volantear carpetas fiscales. Eso hace que se desconfíe del Ministerio Público.
¿Seguirá el caso Cocteles?
Después de seis años y que la acusación haya sido modificada 22 veces, a pesar de que el Código Penal solo permite una modificación sobre aspectos formales. Y luego la espectacularidad, salir con chaleco, megáfono. El número de testigos es inverosímil. ¿Qué tendrán que ver Martín Vizcarra y Aldo Mariátegui? Recordemos que, cuando Vela y Barba son separados por falta de respeto al titular de la institución en ese momento, Vizcarra regresó de viaje y lo curioso es que estas personas hicieron una conferencia de prensa en una de las instalaciones del Poder Ejecutivo, creo que de la Procuraduría Pública. Más allá de los temas de Chávarry, que también fueron sazonados, porque lo más serio fue una conferencia de prensa informal. ¿Cómo se justifica que dos fiscales de un ente autónomo usen las instalaciones del Poder Ejecutivo?
¿Cómo salir de la crisis del Ministerio Público?
Se reconoce la crisis del Poder Ejecutivo por la ausencia de liderazgo y dirección. Se reconoce la catástrofe en el Congreso de una representación bastarda, porque se ha vuelto una comunidad de intereses particulares y lobbies de baja estofa. Pero no nos hemos fijado que la crisis más intensa es la que se vive en el Ministerio Público y el Poder Judicial. Manuel González Prada escribió sobre “Nuestros magistrados” que las revoluciones y los golpes de Estado hacen caer a políticos y militares. Pero el Poder Judicial siempre queda indemne porque es un lodazal sin drenaje.
TENGA EN CUENTA
“La presidenta debería liderar la lucha contra la inseguridad ciudadana”.
“Hoy uno abre los periódicos y ¿quiénes fomentan las noticias? Las vedettes, los futbolistas y los fiscales. Eso está mal”.
“Entre la Fiscalía y la JNJ, Vizcarra hizo lawfare. Nunca habíamos visto a fiscales que rendían cuenta de sus actos a la casa de un presidente”.
“Hay una responsabilidad moral (por Alan). Esa trama dirigida a meterlo preso, ese sainete, terminó mal”.