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Walter Gutiérrez: “El gobierno ha creado un montaje para que la OEA vea crisis y tensión”
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Walter Gutiérrez dejó la Defensoría del Pueblo hace casi ocho meses, pero no ha perdido de vista al gobierno de Pedro Castillo, las denuncias de corrupción en su contra y su crónica inercia en la administración del país y ejecución de políticas públicas. Con una cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo sobre la mesa, y ad portas de una decisión del Congreso, el jurista pone en blanco y negro las falencias de ambos poderes del Estado.
¿Cómo se interpreta la cuestión de confianza planteada por el Ejecutivo sobre un proyecto que deroga lo que han calificado como ‘ley anti-referéndum’?
Es evidente que hay una instrumentalización de la cuestión de confianza. Primero se pretendió presentarla sobre una ley, ahora se está presentando sobre otra absolutamente distinta que el presidente del Consejo de Ministros ha denominado ‘ley anti-referéndum’, nada más alejado de la verdad porque esa norma no prohíbe el referéndum; lo que hace es reiterar lo que ya dice la Constitución: que tiene que pasar por el Congreso, que no hay referéndum sobre derechos humanos, sobre presupuesto ni normas tributarias y tampoco se pueden hacer referencias sobre tratados internacionales. Todo eso está en la ley, pero también en la Constitución, es decir, es una ley repetitiva. En el fondo, lo que quiere el gobierno, Aníbal Torres, es modificar la Constitución (…) pretenden engañar al país…
El gobierno tendría que ser consciente de que esto no va a prosperar. ¿Cuál sería entonces la finalidad? ¿Distraer la atención respecto de las graves denuncias de corrupción contra el presidente Pedro Castillo?
Yo diría que los objetivos son varios. Número uno, distraer a la ciudadanía de los temas que realmente importan, la educación de sus hijos, su alimentación, la seguridad ciudadana. Lo segundo, solapar, camuflar, esconder las investigaciones que desde la Fiscalía se están realizando contra los actos de corrupción que se están haciendo desde la cúspide del poder. Recuerde que yo le decía que se está instrumentalizando la cuestión de confianza, no con un propósito constitucional, noble, porque en el discurso de Aníbal Torres, por ejemplo, se ha utilizado un espacio para atacar a la fiscal de la Nación (…). En la misma sustentación, que dicho sea de paso ha sido penosa, Torres dice que él puede presentar cuestión de confianza simultánea; es decir, podría presentar en un mismo acto tres o cuatro leyes y por cada una de ellas una cuestión de confianza; “pero no quiero hacer eso, solamente presento esta, nada más” ha dicho; claramente está mintiendo.
¿Qué le toca hacer ahora al Congreso? Ya el primer ministro ha señalado que no aceptará un no por respuesta y que si no se acepta la cuestión de confianza, lo va a interpretar, incluso, como un rehusamiento de esta.
El señor Aníbal Torres no es nadie para interpretar en un sentido u otro. Dentro de sus competencias no está interpretar qué es o qué no es la denegatoria de una cuestión de confianza. Lo que tendría que hacer es leer la ley y entender que si el Congreso determina que es improcedente, como creo que lo es, eso no aplica como una denegatoria. En segundo lugar, el que interpreta si se ha denegado o no la cuestión de confianza es el Congreso, no Aníbal Torres. Él no es un intérprete supremo de la Constitución. Lo que ha dicho no tiene ningún refrendo, ningún asidero. ¿Qué tiene que hacer el Congreso? Pues aplicar el artículo 86 de su reglamento y declararlo improcedente. Pero déjeme decirle que el Congreso tampoco está haciendo su tarea, también está equivocando el camino porque podría exigirle al Ejecutivo que materialice todas estas políticas de salud, educación, alimentación, seguridad ciudadana.
¿Cree que desde ambas orillas, Ejecutivo y Congreso, están ganando tiempo? ¿Que lo que está pasando es que se quieren quedar los dos?
Salvo honrosísimas excepciones, es un Congreso mediocre, pusilánime, sin carácter para poder cumplir la principal función, el principal acto de poder (…) y hacer que se cumplan las normas. Sin embargo, no interpreta, no encarna, no materializa su papel ni de representación ni de control ni legislativo. Desafortunadamente, tenemos un Congreso débil, que no entiende el rol que, en esta hora y en esta circunstancia, el país le demanda y, como usted bien dice, ganan tiempo, están pensando en que pase la quincena, en cobrar su cheque, en mantener ese estatus de privilegio que azarosamente les ha llegado y si es posible llegar hasta 2026, porque una situación del estatus en el que se encuentran ahora difícilmente se va a repetir para la gran mayoría de ellos. En el caso del Ejecutivo, viola recurrentemente la Constitución. El presidente es un funcionario completamente divorciado de la realidad y viciosamente mentiroso, una persona que miente recurrentemente, retorcidamente mentiroso porque no tiene ningún empacho en decir una cosa y luego sostener otra, y lo digo con experiencia propia porque he conversado tres o cuatro veces con él, y me dice una cosa y luego hace otra completamente otra. De manera que estamos frente a una persona completamente descalificada para conducir al país y estamos en un gobierno con un Congreso bastante disminuido frente a esta situación. Lo que deberían hacer los congresistas, los pocos que tienen un verdadero conocimiento y compromiso con su función, es buscar rápidamente una reforma de la Constitución para adelantar las elecciones que es el camino más rápido y para lo cual se necesitan menos votos.
¿Es coincidencia que esta cuestión de confianza sea planteada en vísperas de la llegada de una misión de la OEA? El ministro Alejandro Salas ha anticipado que todo esto se le informará...
No, no hay ninguna coincidencia. Como dije al inicio, se instrumentaliza la cuestión de confianza para generar todo un escenario, un montaje para que la misión de la OEA vea una situación de crisis, de tensión entre ambos poderes; claro que no (es coincidencia), es la instrumentalización. El poder que tienen deberían utilizarlo para implementar políticas públicas en favor de los ciudadanos, no para hacer lo que están haciendo, y el señor Salas, junto con los demás ministros, debería leer el artículo 128 de la Constitución y ponerse a trabajar, no a hacer lo que está haciendo, no es su papel; el artículo 128 de la Constitución tarde o temprano se aplicará y ellos no tienen la protección que tiene el presidente de la República; esos señores sí van a rendir más rápidamente cuentas a la justicia, igual que los congresistas.
¿Qué podemos esperar de esta visita de un Grupo de Alto Nivel de la OEA, de qué manera podría aportar y cuánto más puede soportar el país esta situación?
Mire, yo creo que (aportar) muy poco. La comisión que vino en la época de Toledo hizo un trabajo casi nominal, no hubo ningún resultado, igual en la época de Pedro Pablo Kuczynski, y no tengo ninguna razón para pensar que ahora, más allá de un informe y algunas recomendaciones, pueda aportar algo significativo para que cambie la realidad del país, pero igual no hay que descuidar ese espacio y hay que hacer un esfuerzo porque todos los actores, tanto estatales como en la sociedad, puedan ser escuchados respecto a lo que está pasando en el país. Y en relación a qué hay que hacer, creo que tarde o temprano la ciudadanía va a romper ese desapego, esa suerte de indiferencia o de tolerancia y va a pedirles cuentas al Congreso y al Ejecutivo.
Tenga en cuenta
Walter Gutiérrez Camacho es abogado y ocupó el cargo de defensor del Pueblo desde setiembre de 2016 hasta abril de este año. Ha sido también decano del Colegio de Abogados de Lima (2008-09).“Cuando crece el país, crece el empleo y cuando crece el empleo, crece la posibilidad de que haya mayor satisfacción de servicios públicos, derechos, presupuestos impuestos. De eso tendría que ocuparse el gobierno que es absolutamente incapaz, incompetente, ineficiente para atender eso”, refirió.Golpe de estado. “El gobierno no tiene legitimidad, no tiene la norma y tampoco tendría el respaldo para eso, pero no me cabe ninguna duda de que si lo pudieran hacer, lo harían. Hay en este tipo de propuestas (de cuestión de confianza) un desprecio absoluto por la democracia”.Inacción gubernamental. “Estamos en la quinta ola y hasta ahora no vemos ninguna política concreta que no sea ‘ustedes los ciudadanos, preocúpense y ocúpense de su salud’. Entonces, ¿qué buscan? Distraer a la ciudadanía, poner en la agenda temas políticos…”.
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