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Zoraida Ávalos deja a la Fiscalía bajo la incertidumbre y la desconfianza
El mandato de Zoraida Ávalos llega a su fin este martes. Un mandato de tres años marcado por la ausencia y el silencio de la máxima autoridad de la Fiscalía. Una autoridad que le teme a las cámaras y a los micrófonos, y que evita por todos los medios participar de eventos públicos solo para no estar expuesta a las preguntas, a la transparencia.
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El mandato de Zoraida Ávalos llega a su fin este martes. Un mandato de tres años marcado por la ausencia y el silencio de la máxima autoridad de la Fiscalía. Una autoridad que le teme a las cámaras y a los micrófonos, y que evita por todos los medios participar de eventos públicos solo para no estar expuesta a las preguntas, a la transparencia.
“Yo no salgo por donde está la prensa”, era la orden cada vez que, por compromiso, le tocaba asistir presencialmente a una reunión, como sucedía con las sesiones del Consejo de Estado.
En una de esas citas, en 2021, una descoordinación con su jefe de protocolo de ese entonces llevó a Ávalos a salir por la puerta de Palacio de Gobierno donde aguardaban todos los periodistas. El incidente enfadó tanto a la fiscal suprema que, según fuentes consultadas por Perú21, reprendió de tal forma al funcionario que este no dudó en renunciar al cargo en señal de protesta.
“No entiendo cómo una persona que se autodenomina una creyente de Dios puede expresarse de esa manera”, contó impactado a sus excompañeros de trabajo. Ávalos es evangélica y hacía un viernes de oración cada semana en su despacho del piso 10, según otras fuentes.
Su actitud con la prensa respondía también a una creencia: la fiscal estaba convencida que su mudez no atraería la mirada del Congreso y de legisladores que piden cabezas.
De hecho, Ávalos solo ha aceptado entrevistas para cosas puntuales, y casi siempre era para defenderse de imputaciones o de los irregulares manejos en los que estaba inmersa su gestión. Cuando no quería ver cara a cara a un periodista, optaba por el discurso en video o un comunicado escrito.
Sin embargo, cuando una funcionaria es la mandamás de la institución que persigue el delito en el país, los reflectores siempre estarán encima.
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Todo por aclarar
El último acto de Zoraida Ávalos al frente del Ministerio Público ha sido el de premiar con un bono de S/2,400 a los fiscales anticorrupción. El desembolso fue aprobado por el Ministerio de Economía y Finanzas a pedido de Ávalos, como consta en la resolución publicada el pasado jueves. Un acto que solo alimenta la sospecha ya instalada de un contubernio con el gobierno de Pedro Castillo, cuyo entorno es investigado por la Fiscalía Anticorrupción.
Fue la lobista Karelim López quien sindicó a Ávalos y al coordinador de la Fiscalía Anticorrupción, Omar Tello, de proteger al presidente en eventuales investigaciones.
López ha gozado de la confianza del entorno castillista, organizando incluso el cumpleaños de la hija del mandatario en Palacio. Lo hechos corroboran su versión.
Ávalos abrió investigación a Castillo por su injerencia en los ascensos de las Fuerzas Armadas y por las visitas clandestinas que habría recibido en la casa del pasaje Sarratea, en Breña. Pero inmediatamente suspendió las diligencias.
Ya lo había hecho antes, en el 2020, con el entonces presidente Martín Vizcarra por el caso Richard Swing. Y esa vez también fue señalada de estar vinculada al poder de turno.
Fue la exfiscal Rocío Sánchez quien expresó que Ávalos tenía comunicación con Vizcarra a través de la fiscal Sandra Castro. Reveló que fue Castro quien pidió a Vizcarra, su vecino, el presupuesto del 2019 para el Ministerio Público.
Ambas integraban el equipo especial del caso Cuellos Blancos, que pese a tener un coordinador, era la titular del Ministerio Público quien hacía y deshacía en ese grupo.
Ávalos reapareció públicamente a inicios de mes para negar vínculos con Castillo. Hasta salió en defensa de Omar Tello, su hombre de confianza en Anticorrupción. Ni se inmutó cuando este diario reveló que Tello había impedido el allanamiento a Los Dinámicos del Centro, integrado por dirigentes de Perú Libre en plena campaña electoral.
El miércoles 30, Pablo Sánchez asumirá como fiscal de la Nación de manera interina. Y su principal función deberá ser que la ciudadanía recupere la confianza en la Fiscalía, confianza que Zoraida Ávalos opacó.
TENGA EN CUENTA:
Según fuentes del Ministerio Público, el fiscal supremo Pablo Sánchez asumirá como titular de la institución hasta que la Junta Nacional de Justicia elija a dos fiscales supremos, que sería en junio. Después de ello se someterá a votación en Junta de Fiscales Supremos la elección del nuevo fiscal de la Nación.
Este diario consultó con el área de prensa de la Fiscalía por qué Zoraida Ávalos gestionó el pago de bonos solo para fiscales anticorrupción y no para los de otra especialidad. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
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