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Médica comparte indignación tras contar testimonios sobre dos violaciones en Huánuco
Según relata en su cuenta de Facebook, tuvo que informar a la Fiscalía de los abusos. “La primera víctima acudió por hemorragia vaginal (tenía 6 años) y la otra por gestación de alto riesgo (tenía 28 años y síndrome Down)”.
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El Serums es un programa de servicio de salud destinado a las poblaciones más pobres del país. Lo realizan los profesionales de la salud como requisito para laborar en el sector público o recibir becas del Estado.
Precisamente, mientras realizaba este programa en un centro poblado de Huánuco, la joven médica Verónica Espinoza Delgado fue testigo de dos casos de abuso sexual.
Según relata en su cuenta de Facebook, tuvo que informar a la Fiscalía de los abusos. “La primera víctima acudió por hemorragia vaginal (tenía 6 años) y la otra por gestación de alto riesgo (tenía 28 años y síndrome de Down)”.
De terror
Respecto al primer caso, la médica indica que los familiares de la víctima se negaban a denunciar al violador (su padre) por lo que ella tuvo que protegerla.
“Vino una anciana a mitad de la noche a agredirme con un palo gritándome algo en quechua y yo solo decía ‘manan kanchu’”. El violador —agrega— hoy cumple condena de 25 años, tras confesar su delito.
El segundo es aún más desgarrador. La víctima tenía síndrome Down y era violada desde hace más de diez años. Producto de la violación sexual, quedó embarazada.
“Casi al culminar la gestación fue atendida por una hemorragia debido a un desprendimiento de placenta, perdió a su bebé y útero, casi pierde la vida”, señala.
La médica revela que los padres de la víctima se aprovechaban de su enfermedad, “como una forma de prostitución por unas cuantas vacas y cerdos".
"Esa joven tiene hoy una hija del mismo violador de aproximadamente 11 años, también con síndrome Down. Es cuidada por sus abuelos, y se me eriza la piel pensar que puedan continuar su negocio familiar”, revela la joven, quien se muestra a favor de la pena de muerte para violadores.
Al final de su conmovedor testimonio —compartido más de mil veces—, agrega un mensaje contundente respecto a la protección de las víctimas. “Ellas merecen que de una vez mejoremos como sociedad y dejemos de hacernos daño”.
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