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Remodela un autobús viejo para que su hermano en silla de ruedas pueda viajar por el mundo
Sam Scribner siempre quiso conocer el mundo hasta que pensó que sus sueños se acabarían tras sufrir un accidente. Su hermana lo ayudó y ahora son compañeros de viaje.
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Una joven de Estados Unidos renovó un viejo autobús escolar para que vivieran ella y su hermano cuadripléjico, después de que un accidente doméstico lo dejara en silla de ruedas, y ahora viajan juntos por el mundo en él. Esta es su emotiva historia.
Alex Scribner, de 32 años, que es de EEUU y fundó una empresa de diseño, recibió una llamada de su madre en 2016 y descubrió que su hermano, el editor de video Sam Scribner, de 28 años, se había roto el cuello tras caer de una hamaca. El accidente lo dejó sin movimiento de brazos ni piernas.
Luego de pasar tres meses en recuperación en UCI y teniendo que rehabilitarse, tuvo que aceptar que debería usar una silla de ruedas durante el resto de su vida. Sam pensó que sus sueños de poder viajar por el mundo se habían terminado, pero no contaba con el apoyo que tendría de su hermana.
Ante eso, Alex quiso devolverle sus ganas por querer viajar, por lo que tuvo una idea: compró un autobús escolar viejo y lo transformó en una casa rodante que fuera inclusiva y adaptada para sillas de ruedas.
Una opción para cualquiera
Tras terminar su primer autobús lo vendieron tiempo después a una mujer que se contactó con ellos a través de las redes sociales. Ella también estaba en silla de ruedas, así que Alex supo que el vehículo adaptado estaba destinado a ayudar a una persona en las mismas condiciones de su hermano.
“Queríamos esto no solo para nosotros, sino que fuera una opción para cualquiera que quisiera esta oportunidad (…) Así que le vendimos el primer autobús y luego comenzamos con el que tenemos ahora”, contó a Mirror UK.
Tiempo después acondicionaron un nuevo vehículo para que no solo pudiera viajar, sino también donde pudieran vivir. Pasaron un par de meses y el bus estuvo listo. Gracias a la ayuda de la tienda Home-Depot, quienes conocieron su historia, pudieron terminar los arreglos.
“Gastamos alrededor de 35 mil dólares en las renovaciones”, contó Alex. Ahora ambos viajan por el mundo. “La gente asume que este tipo de vida no sería posible para alguien en la posición de Sam, pero como pueden ver, eso no es cierto”, concluyó Alex.
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