La animación, fruto del trabajo de los realizadores franceses Kimberly Honma, Clément Lauricella y Arthur Seguin, brilla no solo por su historia agridulce – la cual refleja los problemas y discriminaciones que enfrentan muchas personas con alguna discapacidad-, sino también por los ingeniosos mecanismos que los productores tuvieron que diseñar para que su personaje pueda vivir una vida cotidiana pese a su problema.