La equinoterapia se enfoca en la utilización del movimiento del caballo como herramienta terapéutica para mejorar la salud física y el bienestar psicológico. Por otro lado, la terapia emocional se centra en interactuar con los equinos a través de diferentes actividades adaptadas a cada alumno, para así canalizar emociones y promover la autoconfianza, la responsabilidad, el crecimiento personal y la empatía.