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¿Qué es y cómo se diagnostica la dislexia?
Confundir letras, dificultad para leer y pronunciar palabras son sus principales síntomas. Es importante recibir tratamiento para evitar problemas de aprendizaje y emocionales.
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La dislexia no solo afecta el rendimiento escolar y la autoestima; también genera ansiedad o retraimiento que pueden provocar problemas de conducta y agresión. Este trastorno del aprendizaje es causado por la presencia de alteraciones en las conexiones neuronales de ciertas áreas del hemisferio izquierdo del cerebro que dificultan la lectura y comprensión lectora.
No está relacionada con un problema de inteligencia ni con otras habilidades cognitivas como la memoria, precisa la psicóloga Carmen Bravo de Rueda, de la Clínica Ricardo Palma.
Puede tener un componente hereditario y múltiples manifestaciones, por lo que no todos los niños presentan las mismas dificultades.
Además de ocasionar complicaciones en el procesamiento del lenguaje, puede generar confusión de letras semejantes, pero con distinta orientación: b, d, p y q. Así como, generar dificultades en la memoria de trabajo, en la velocidad de procesamiento, entre otros.
Generalmente se descubre cuando los niños empiezan a leer, pues tienen inconvenientes para identificar sonidos, confunden las letras y, en ocasiones, presentan dificultades para pronunciar palabras.
Se diagnostica con ayuda de pruebas de lectura y escritura que permiten analizar los mecanismos que no funcionan correctamente. De igual forma, es necesario estudiar el nivel de madurez perceptiva y sus retrasos, a través de una evaluación de percepción visual, coordinación visomotora, figura-fondo y relaciones espaciales, entre otras.
¿Cómo apoyar al pequeño?
Los padres deben mostrar paciencia y enseñar con afecto, no ejercer presión y motivar a su hijo para que persista en su entrenamiento. Pueden utilizar distintos materiales, pero hay que tener en cuenta que deben estar al nivel del niño, si son muy difíciles causarán frustración y abandono, advierte la psicóloga.
Se pueden plantear tareas y dividirlas en pasos. Por ejemplo, al pedirle poner la mesa: pedirle primero colocar el mantel, luego los individuales, las servilletas, los cubiertos, etc. Esto desarrollará su capacidad de planificación, organización y ejecución. Igualmente, es útil leerle cuentos y mostrarle las figuras para que pueda recordar lo que se dice de ellas. Si está preparado, puede leer palabras sueltas y colorearlas.
Los juegos con palabras en familia también ofrecen grandes beneficios. Diga una frase y después pida a cada participante aumentar una palabra, eso mejorará la fluidez verbal, creatividad y memoria del pequeño. En tanto, el juego del ahorcado, le permitirá adivinar las letras que faltan para hacer una palabra.
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Es importante tratar la dislexia lo antes posible. Si no lo hace, el pequeño puede mostrar problemas en la adultez.
Se sabe que los primeros años son muy importantes para desarrollar las conexiones neuronales, por eso a los bebes hay que “ponerles las palabras” cuando miran un juguete o reaccionan ante algo. Por ejemplo, dígale vas a tomar tu leche y no solo darle el biberón o mira el perro, cuando pase alguno por su lado, inclusive se pueden hacer los sonidos onomatopéyicos, junto al nombre del animal.
Es importante la estimulación con juegos y ejercicios de acuerdo a la edad y tipo de problema, con el fin de que pueda servir de estímulo y no genere frustración por no poder hacerlo. Recuerden que si no se trata puede originar fracaso escolar y problemas emocionales y de autoestima.
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