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"En esta época, llamarse escritor significa poco"
“En papel o en digital, lo importante es que se lea, que se descubra esa maravilla”, nos dice Hernán Casciari, escritor argentino, creador del blog Orsai.
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Hernán Casciari,BloggerAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com
Debe ser el autor hispanoamericano más influyente en Internet. Desde Orsai, su blog, su revista, su bar, Hernán Casciari predica con el ejemplo y nos dice que, hoy, comunicar –sin poses, sin un falso intelectualismo– es posible gracias a Internet.
Has fundado Orsai, un blog, una editorial, un bar. ¿Eres un buen gestor o solo un escritor que se edita a sí mismo?Alguien dijo que, en ningún caso, el elefante debía ser director del zoológico (ríe). No me siento un escritor, me siento un comunicador. Y la que administra Orsai es mi mujer (ríe). El primer año perdimos mucho dinero; el segundo, cuando ella tomó las riendas, perdimos mucho menos (ríe). Yo no soy un buen escritor y tengo un desapego monetario que a mi mujer le preocupa mucho, pero estoy bastante capacitado para comunicar.
Pero nada es gratis. ¿Les pagas la cuenta a tus lectores?No, porque pago la cuenta con los derechos de autor de un blog y una obra de teatro –la más taquillera en la historia del teatro argentino– que escribí en 2003 y que tiene regalías, que yo siento que no me pertenecen, que son de mis lectores. Y hago esto porque no quiero convertirme en un chancho burgués.
¿Es bastante distinto escribir para Internet?Son procesos muy diferentes. Yo llamo a esto 'gramática visual', 'gramática estética'. Cuando escribes para papel hay que fijarse en las reglas de sintaxis: el punto aparte existe por imposición de las palabras. En Internet, el punto aparte ocurre, necesariamente, cada cinco líneas. Si no pones punto aparte, el texto se convierte en un ladrillo imposible de leer. También hay que tener en cuenta los descansos en la trama, en entretener y emocionar de una manera muy veloz, ir rápido al meollo del asunto… En el papel, esto no es necesario. Si tu lector está sentado en un sofá del siglo XIX y tiene todo el tiempo del mundo, le puedes contar lo que sea con una lentitud alucinante, pero cuando tu lector está en una oficina y, de pronto, aparece el jefe y tiene que minimizar la pantalla; o cuando está en casa con 14 ventanas abiertas y tu texto está allí, esperando ser leído, pero compite con siete ventanas porno, uno se da cuenta de que hay que enganchar rápidamente al lector y, por ende, la literatura es otra.
¿La gente lee menos?Quien repite que la gente cada vez lee menos lo dice porque, en verdad, él está leyendo menos. La gente cada vez lee más y más y más y más. Lo que pasa es que lee de manera distinta, y ya no pasa de una página a otra sino que cambia de pestaña. Hoy, el cerebro humano es más complejo. Fijémonos en las series de televisión: en los 80 tenían una trama y una subtrama muy pequeña; hoy tienen 13 tramas, y el espectador no se pierde porque está acostumbrado a las pestañas, a hacer muchas cosas a la vez.
Vargas Llosa dice que vivimos un libertinaje donde no hay guías que señalen qué es arte y qué no, qué es cultura y qué no.Los guías, los filtros, siguen existiendo. Sucede que estos ya no son ni tótems ni gurúes. Ya nadie mira hacia arriba esperando ver quién dice la 'verdad'. Hay mucha gente mayor que no está capacitada para desentrañar la modernidad, pero cuyo nombre y apellido siguen siendo importantes. Igual, hay que escucharlos, aunque discrepemos.
Dices que no te sientes escritor. ¿No es una falsa modestia?No es falsa modestia; al contrario, me parece pedantería: un comunicador está varios niveles más arriba que un escritor. No solo debe escribir bien, también debe programar muy bien, diseñar muy bien, dominar el márketing… y escribir no es lo más importante. Hoy, llamarse solo escritor es muy poco.
¿Has sabido venderte?Claro, me vendo todos los días. El primer párrafo de cada uno de mis cuentos es mi márketing de ese relato. En ese primer párrafo yo me juego la vida pues, para seguir leyendo, el lector tiene que hacer click, lo que es un esfuerzo adicional que solo realizará si fue enganchado por mi primer párrafo.
¿Cómo ves a tu lector?Como un tipo que está al otro lado de la mesa y lo único que quiere es una conversación etílica. No me importa si es un profesional o un campesino, lo que me interesa es que podamos conversar. Por eso, sin perder mi argentinidad, trato de comunicar temas posibles y universales. El secreto de un buen comunicador es ser un buen anfitrión; en Internet hay que serlo. Yo siento que mi literatura es frívola… y necesita serlo porque yo no hablo con la gente más preparada del pueblo, ni quiero hacerlo, pues la gente muy preparada me aburre mucho, ni siquiera converso con ella. Soy frívolo en mi concepción y en mis aventuras intelectuales: lo que más me gusta son la televisión y el fútbol, no me gusta leer a los grandes escritores pues no entiendo lo que hablan. Entre un buen partido del Barza y un libro sesudo, prefiero ver el fútbol y usar el libro de asiento. La literatura, la verdad, no me interesa mucho. Mi literatura es muy frívola, no genera distancias porque yo no escribo las grandes verdades del mundo.
AUTOFICHA
- Soy de Racing por ADN: mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo lo fueron. Un peluquero le dijo a mi bi-sabuelo que le cortaba el pelo gratis si se hacía de Racing. Aceptó.
- No salgo de casa, no me gusta viajar. Estoy casado y tengo una hija de ocho años. Prefiero estar con ella en lugar de conversar con un escritor.
- Tenemos un bar, gestionado y financiado por los lectores de Orsai. Es un lugar de encuentro, de gente, de artistas que, borrachos, caen desmayados en su propio vómito.
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